Mitsuha Vol. 01 – Cap. 03

Traducción: Suyen
Corrección: Ganzito


Capítulo 3: El reino de la ambición


“Es un techo muy blanco”, murmuró Mitsuha. Y mi mente se queda en blanco si trato de recordar.

“¿Puedes entender palabras, pequeña?”

Eh, por supuesto que sí, muchas gracias. ¡Y no me llames pequeña!

“¿Puedes entender palabras, pequeña?”

Oh, así que esto es como esos juegos basura que se destacan por no dejarte avanzar hasta que digas “si”.

“¿Puedes entender palabras, pequeña?”

“S-sí, sí, las entiendo, ¡¿Bien?!”

“Un simple ‘sí’ habría bastado, pequeña.”

¡Cállate! ¡Y deja de llamarme pequeña! Mitsuha sintió que no tenía sentido responderle a una voz incorpórea si sólo era un sueño. Como sea, se sentía lo suficientemente real, y después de todo lo que había estado meditando, concluyó que podría asumir que esto también era real. Si después de todo esto es un sueño, entonces no tengo de qué preocuparme. ¿Pero y si no lo es y lo estoy tomando como uno? Upsie.

“Uhm, soy Mitsuha Yamano. ¿Qué hay de ti? ¿Eres Dios?”

“Hmm… Estás curiosamente poco sorprendida. No importa. Llegué aquí antes que tú para decirte algo de gran importancia. Pero primero, no soy Dios, y no tengo nombre…”

La “cosa” reveló entonces una historia acerca de cómo había llegado a existir. Sólo sabía que era una antigua, extremadamente rara forma de vida. La “cosa” teorizó que sus ancestros eran criaturas alienígenas que evolucionaron más allá de la forma física y se volvieron seres hechos de energía pura, o pensamientos, o algo de esa naturaleza. No tenía cuerpo, no conocía la muerte, y no tenía deseos ni metas. Honestamente, su existencia parece no tener sentido, pensó Mitsuha.

Pero después de eones de deambular sin propósito, el ser había hecho un remarcable descubrimiento—¡Tenía el poder de viajar entre mundos! Armado con su nueva habilidad, había ganado su primer deseo en la vida: el interés de aprender cosas que antes no sabía… ¡Una sed de conocimiento! Su conciencia tembló en anticipación por haber encontrado el significado de su existencia—

“Si, si, ya entendí” interrumpió Mitsuha.

“De nuevo, un simple “Sí” habría bastado.”

Como sea… La “cosa” viajó y observó incontables mundos y logró conocer el concepto de “diversión”. Pero un fatídico día, mientras flotaba por cierto mundo, repentinamente fue asaltado por una intensa, desagradable y confusa sensación. Más tarde, realizó que quizás se había tratado de lo que los animales con cuerpos físicos conocen como “dolor”. La experiencia era completamente nueva, así que estaba intrigado, pero también estaba perplejo por el hecho de que un ser no físico podía sentir dolor.

La “cosa” se había sondeado a sí misma en busca de una explicación y encontró que una pieza de sí misma estaba perdida. El atacante desconocido había entrado en su área de influencia—el equivalente a un cuerpo para las formas de vida normales—y usando energía mental poderosa para arrancar alguna porción de su esencia. El agresor viajó entonces a otro mundo, pero la iniciación del ser al “dolor” lo había dejado confundido e incapaz de rastrearlo. Continuó observando el mundo hasta que sintió cerca la pieza perdida. Cuando sintió que la pieza se movió hacia otro mundo otra vez, la “cosa” finalmente era capaz de seguirlo.

“¿Eh? ¿Fui yo quien hizo eso?”

“De hecho, así parece. Pero no temas… No te culparé por esto. Parece que el acontecimiento fue accidental y no me causó inconvenientes. De hecho, siento que debería agradecerte por otorgarme el conocimiento del ‘dolor’. Fue algo nuevo para mí.”

¡Uff, que alivio! Pensé que me iba a pedir pagarle las facturas médicas o algo.

“Entonces, ¿Qué querías decirme?” Preguntó ella.

“Ah, si… Fui descuidado al decirlo. Tal parece que tu mente es tan fuerte e intensa que absorbiste la fracción de energía que me arrancaste.”

“¡¿Eh?! ¿E-Es muy malo?”

“No te preocupes. Esto no te lastimará, ni mentalmente ni de otra manera. Como sea…”

“¿C-Como sea?”

“Parece que adquiriste la habilidad de viajar entre mundos.”

¡¿EEEEEEH?! Espera, ¡¿Entonces eso fue lo que pasó?!

Mitsuha había arrancado una parte de la “cosa” y así había ganado el poder de viajar entre mundos. Y gracias a su fuerte deseo de sobrevivir a la caída, había saltado hacia otro mundo, tomando esta parte consigo misma. Aparentemente, terminó en el último mundo que la “cosa” había visitado antes de la tierra. Adicionalmente, la parte ahora estaba tan combinada con Mitsuha que intentar removerla causaría un daño irreversible. ¡Si, creo que me quedaré así, gracias!

“Ahora, haberte explicado la situación y contarte sobre tus poderes fue una simple muestra de gratitud. Si hay algo más que necesites o simplemente desees saber entonces, por supuesto, habla. La parte de mí que está en ti tiene el potencial de darte más poderes.”

Lo que yo quiera, ¿Eh? Bueno, yo… ¡Ah!

“Umm, ¿Podrías enseñarme nuevos idiomas?”

“¿Idiomas, dices? Algo verdaderamente importante al viajar entre mundos… Muy bien. Debería hacerte posible el entender y copiar los idiomas de aquellos con los que hables. Ten en cuenta que esto está limitado al idioma. Te aconsejo que no intentes absorber conocimiento más allá de ello. La cantidad que puedes llegar a conseguir sería demasiado para tu débil mente. Además, tener la capacidad de leer absolutamente todo podría reducir la emoción.”

¡OYE! ¡Mi cabeza es muy espaciosa! ¡No soy estúpida, maldita sea! Igualmente el ser superior tenía un punto, Mitsuha pensó que sería mejor escuchar.

“Empecemos con eso entonces. De cualquier forma, ¿Moverse entre mundos usa estamina o algo? ¿Cuál es el costo y los límites?”

“¿Costo? Bueno… La carga sería la misma que la que supone para ti el moverse de una habitación a otra. Repetir este movimiento unos cientos de veces te dejaría bastante fatigada y sin aliento.”

Ohh. Bueno, es verdad que moverse de una habitación a otra unos cientos de veces sería fatig— Espera, ¡¿ESO ES TODO?!

“¿Alguna otra duda o solicitud?”

“Hmm, no creo…”

“Qué falta de deseo. Aún hay espacio para otro poder, así que permíteme ofrecerte al menos una función regenerativa.”

“Detalles, por favor.”

“Sería débil, sobre todo lenta, pero curaría gradualmente cualquiera de tus heridas. Si le das el tiempo suficiente, extremidades perdidas volverían a crecer y las cicatrices desaparecerían como si nunca hubieran estado ahí. Por ejemplo las heridas en tu brazo izquierdo. Dejarán marca, ¿No?”

¡Wow! ¡Eso será de mucha ayuda! ¡Es increíble!

“¡Quisiera ordenar poderes curativos entonces, por favor!”

“Ciertamente. Sé que una larga vida con impedimentos físicos es difícil. No será mucho problema y tomará sólo un momento.”

“¡Jejeje!”

“Parece que… tu actitud hacia mi ha cambiado.”

El ser ejerció cierta fuerza descomunal sobre ella y luego se preparó a sí mismo para irse.

“Volveré a verte después de que este haya sido saltado unas decenas de miles de veces. Mantente en forma hasta entonces.”

Esas fueron sus últimas palabras y le tomó a Mitsuha unos cuantos segundos realizar que estaba hablando de cientos de años. ¡Estaré muerta para entonces! ¿O se refería a la rotación de la tierra? Igual estaré muerta… Su conversación con la “cosa” había interferido directamente con su cerebro, y una vez que se fue, automáticamente se quedó dormida. Mientras su conciencia se desvanecía, finalmente cayó en cuenta.

“Ah, entonces no estoy muerta…”

 

Reconozco este techo, Mitsuha murmuró como de costumbre. La cama también. Y ahí está Colette, como una dulce niñita durmiendo en mis piernas. Entonces, hizo que sus padres me trajeran de nuevo, ¿No? Espero que esto no se vuelva una tendencia. Oh, estoy cubierta con algunos vendajes. Esto debió costarles dinero… Lo siento. Sin importar cómo se sintiera, era momento de que pensara en lo que haría a continuación.

Lo que había asumido anteriormente como un pequeño pueblo en un país en desarrollo era en realidad parte de un mundo totalmente diferente—uno muy por detrás de la tierra en términos de tecnología y civilización. También había conseguido el poder de viajar libremente entre este mundo y la Tierra.

¡SIIIII, LOTERÍA! ¡Ahora no necesito preocuparme por trabajo, escuela, nada! Este mundo tiene que estar lleno de oro y joyas y todo tipo de esas cosas que cambiaré por dinero cuando vuelva a casa… y las cosas de la Tierra deben valer una fortuna aquí. Si traigo un par y las vendo, ¡Seré rica!

Y nuevamente, si Mitsuha se aprovechaba, se arriesgaba a interferir con el desarrollo del otro mundo. Si trajera algo demasiado avanzado y lo volviera popular, todo lo relacionado a ello eventualmente se desmoronaría porque su origen no estaría aquí. Y si traigo algo así, podría colapsar la economía o destruir algunas industrias, lo cual le costaría a la gente sus trabajos y los llevaría al suicidio, o incluso se formarían turbas furiosas!

También descartó cosas que dependerían tanto de ella que abandonarlas causaría un caos. Cosas superinfluyentes centradas en mi existencia es un gran no-no. Otra cosa que debía tener en cuenta era que si llamaba mucho la atención, sería un blanco. Tengo que mantener las cosas en calma hasta que consiga apoyo. Claro, siempre podría escapar de vuelta a la Tierra, pero sería su último viaje.

A pesar de que los patrones de pensamiento de Mitsuha fueran algo inusuales, ella siempre había sido una educada y sincera señorita. Este comportamiento le había ganado muchos amigos que eran bastante apegados a ella, incluso si con el tiempo se distanciaron por el trabajo o la escuela. Debido a esta personalidad, Mitsuha decidió hacer dinero con sus nuevos poderes sin molestar a nadie más.

En realidad Mitsuha era muy cuidadosa, incluso esta cualidad sorprendía frecuentemente a sus amigos quienes asumían que ella era una bala perdida. No dudaría en hacer movimientos arriesgados siempre que fuera necesario, pero nunca apostaba tanto cuando no lo era. Eso era más o menos gracias a una infancia en la que se la pasó observando a su hermano mayor.

De cualquier forma, Mitsuha consideraba que su habilidad de salto entre mundos podría desaparecer algún día. Aunque a ella le parecía poco probable, no pensaba que fuera imposible, así que hizo sus planes con esto en mente.  Haría una base en este mundo y en la Tierra y haría suficiente dinero como para vivir cómodamente en cualquier lado. Decidió hacer un billón de yenes en cada mundo, en total dos billones.

Con esa suma, determinó Mitsuha, podría vivir cómodamente hasta su cumpleaños número cien, incluso si la economía se volvía turbulenta. No viviría lujosamente, pero un ingreso anual de veinte millones de yenes era más que suficiente para ella. Más allá de eso, sus ganancias no importaban mucho. Podría simplemente sentarse a hacer algo que le gustara, como escribir libros o vender cosas hechas a mano, aun si no ganaba mucho dinero.

Ahora, no sé si esto es un reino, un imperio o una república, ¡Pero voy a acumular dos billones y volverme una GANADORA DE LA VIDA! ¡WAHAHA!

Este fue el nacimiento de su ambición.

Mitsuha Vol. 01 – Cap. 02

Traducción: Suyen
Corrección: Ganzito


Capítulo 2: La bestia debe morir


Y así, unos cuantos años pasaron…

 

Bueno, en realidad, ¡Fueron sólo tres días! Luego de un rato de intensa pantomima, Mitsuha de alguna manera logró hacer que los padres de Colette entendieran lo que ella quería. O al menos eso esperaba. Primero, les pidió permiso para quedarse a cambio de ayudar en la casa. También les informó acerca de sus planes de viajar a la ciudad más cercana, y pidió suministros de comida y agua para el viaje. Por último, en una ráfaga de emociones, pidió indicaciones para llegar ahí.

Hacía mucho que Mitsuha se había rendido con aprender su idioma. No podría aprender tanto en sólo unos días, de todas formas. Mitsuha pensó que mientras la ciudad tuviera ciudadanos que hablaran japonés—o al menos inglés—podría pedir un teléfono y llamar a la embajada o algo parecido en Japón. Entonces no tendría problemas para volver a casa, y una vez que regresara, no volvería a estar en ninguna otra situación donde el lenguaje local le sirviera de algo. Enviaría sus agradecimientos a sus benefactores, claro, pero con la ayuda de un traductor.

Otra cosa que Mitsuha comprendió de sus charlas con la familia era que ellos creían que era una niña. Era poco sorprendente, especialmente considerando que ella parecía menor para los estándares japoneses. A sus ojos, ella tenía solamente diez años, doce como mucho.

¿Sabes qué? Está bien para mí.  La mayor parte del tiempo, al menos. Es conveniente para mí, ¡Así que seguiré el juego! Si Colette tiene ocho, no me importa ser su amiga de doce años.

Después se enteró que era una costumbre local que las familias adoptaran a los huérfanos o niños repudiados. No era raro que estos niños y niñas terminaran casándose con los hijos de sangre de sus padres adoptivos una vez que crecieran, y siempre serían considerado como una ocasión favorable. “¡Ahora en serio eres nuestro hijo!” Porqué no. La mayoría se casaban con otras familias, claro, pero seguían tratando a los adoptivos como sus padres verdaderos.

Nuevamente, era un pueblo pequeño, así que todos ahí eran como familia. La mentalidad tras esta práctica podría resumirse en “Es mejor cuidar a los huérfanos y niños perdidos que simplemente llevarlos con las autoridades. ¿Por qué perder el tiempo buscando a los padres que quizás se fueron hace mucho o abandonaron a sus hijos?” Ahora tenía sentido porqué los padres de Colette eran tan amables con Mitsuha y no les molestaba para nada su presencia. Bueno, ella se iría pronto de todas formas, así que tampoco le importaba mucho.

Con eso en mente, ¿Por qué Colette pasó la mitad del día diciéndome todo esto? Moviendo sus brazos como loca, garabateando su árbol familiar… ¿Qué importa? Una chica con relación a la familia perdió a sus padres y fue adoptada por una familia que tenía un hijo. Eventualmente se casaría con él y ahora ambos cuidaban de sus ancianos padres y… Espera… ¡¿P-por qué me mira así?!

Si ignoras la desconcertante presión de Colette, los siguientes días de Mitsuha habían sido muy pacíficos. Ayudó en la cabaña de distintas maneras, una de ellas fue cocinando. Incluso si la familia no tenía especias o utensilios modernos, Mitsuha aprendió cómo cocinar gracias a su madre cuando estaba en la primaria, y sabía lo suficiente como para defenderse. Los platillos resultantes eran tan buenos que Erene, la mujer de la casa, estaba bastante irritada.

Talar madera fue una historia completamente diferente. ¿Siquiera cuenta como tarea doméstica? ¿No se supone que es algo que el papá debería de hacer por sí mismo? Después de haber murmurado aquellas quejas, Mitsuha rápidamente aprendió que preparar la leña para el fuego era de hecho el trabajo de Erene y Colette. Mientras luchó para ayudarlas, descubrió que el hacha era pesada y difícil de usar pues usualmente perdía su objetivo. Incluso cuando no lo hacía, la hoja se mantenía cómodamente en la madera, y fallaba al sacarla para terminar el trabajo.

Eventualmente, su piel comenzó a pelarse, y sus músculos comenzaron a doler. Le faltaba la respiración y sus piernas se tambaleaban bajo ella. No tomó mucho tiempo hasta que se le instruyó hacer algo más. ¿Por qué Colette es tan buena en esto? ¡Mira cómo va! Esos troncos vuelan…

 

Al día siguiente, Mitsuha y Colette fueron al bosque a recolectar. A cada una se le había dado una canasta, pero Mitsuha terminó sosteniendo ambas. No porque estuviese confiada en sus habilidades de recolección, sino porque era más fácil para Colette moverse alrededor y hacer su magia de “niña de la naturaleza”. Una idea indudablemente clara.

Espera, este es el bosque por el que estuve vagando, ¿No es así? Así es como Colette me encontró. ¡Tengo que sacar esto adelante puesto que arruiné su sesión de recolección! Y se propuso a sí misma recoger tantas plantas como fuera posible. Colette le había mostrado algunas muestras de lo que tenía que buscar, así que no habría ningún problema… o eso creyó. Resultó ser que sólo crecían en lugares específicos, y tenías que saber dónde buscar. No tenía suerte encontrando ninguna sin la ayuda de Colette. Bueno, no es como si fuera a dedicarme a esto. Está bien mientras puedo ayudar un poco.

Cuando las canastas ya estaban llenas casi a un tercio de su capacidad, Colette se detuvo en seco. Mitsuha la miró. La más joven empalideció. Hizo gestos a Mitsuha para que bajaran las canastas, y así lo hizo, incluso cuando no tenía idea de porqué. Colette retrocedió lentamente y susurró “Kel kolore, maltoneis…”

Oh, esa es una de las frases de las que se aseguraron de que aprendiera. Aunque Mitsuha estaba determinada a no aprender la lengua, memorizó un par de palabras para volver la comunicación más fácil. Después de todo, era imposible avanzar sin nociones de “si”, “no”, “agua”, “comida”, “hambre”, “dame esto” y más. Las palabras de Colette estaban relacionadas con una bestia peligrosa en las cercanías, lo que significaba—

Espera, ¡¿QUÉ?! ¡Pero me dijeron que las bestias eran raras por estos lares! ¡Colette literalmente me hizo un dibujo para decírmelo! Mitsuha comenzó a entrar en pánico. Ah si, “raro” no significa que jamás aparecerán, tonta. Ambas retrocedieron silenciosamente, dejando las canastas atrás. Mitsuha asumió que volverían a recogerlas una vez que la bestia se hubiese ido o hubiese sido cazada.

Es una lástima no poder salvar algo de lo que recolectamos. Las cosas no se secarán adecuadamente en estas condiciones, se arruinaran para cuando podamos volver. Como sea. La vida es más importante que un par de plantas. Solo tenemos que escabullirnos y… ¡Espera, estamos contra el viento! ¡Esto es muy malo!

Un segundo. Por muy superhumana que sea, no hay manera de que Colette haya notado a las bestias antes de que ellas nos notaran a nosotras, así que no tiene sentido escabullirse. ¿Pero entonces porque no viene a por nosotras? ¿No tiene hambre? ¿Está cazando a otra presa? ¿Es un herbívoro? Si, claro—estamos lidiando con un verdadero thriller de primera categoría aquí. ¿Entonces a qué espera? Piensa… ¡Piensa! Vamos cerebro, eres una PC llena de conocimiento random!

Hecho. Hay tres posibilidades.

La primera: Se está tomando su tiempo para asegurarse de que no podamos escapar. Pero no es realmente necesario para unos pequeños y lentos humanos como nosotros, ¿Cierto?

La segunda: Nos ve como juguetes y está jugando con nosotros para divertirse. En ese caso, ya se habrían revelado ante nosotras para asustarnos.

La tercera: Nos está usando como cacería de práctica para los cachorros.

Dos niñas corriendo eran relativamente lentas, así que sería imposible que escaparan; adicionalmente, la bestia no tendría que preocuparse por sus cachorros siendo lastimados por alguna especie de contraataque. Sip, las chicas humanas son la primera cacería perfecta para los bebés. Aún si una de nosotras no es realmente una “niña”, pero mantengamos eso en secreto. Era una suposición de Mitsuha, pero a pesar de todo, era claro que estaban en peligro.

Se devanó el cerebro en busca de la mejor manera de salir de esa. ¿Deberían comprar tiempo? No tenía idea de cuánto tiempo tendría que pasar antes de que los aldeanos fueran a buscarlas. ¿Al anochecer, tal vez? ¿Irían? Obviamente los padres de Colette lo harían, pero el resto podría verlo peligroso. Sin mencionar que probablemente ninguna de ellas lograría aguantar hasta entonces.

Mitsuha se giró y vio a unas cuantas criaturas acechando entre los árboles. Una cosa tan grande como un lobo y unos cuantos más pequeños… Tenía razón. No pueden trepar árboles, ¿Verdad? Se preguntó escaneando rápidamente el área en busca de cualquier árbol con ramas bajas. Los lobos se prepararon para moverse, así que se decidió por lo primero que vio.

“¡Colette!” Gritó, luego agarró la mano de la chica y tiró de ella para acercarla. Las ramas del árbol estaban fuera del alcance, sería demasiado difícil para las bestias trepar y pese a la ligereza de ambas sería lo suficientemente estable como para soportar a Colette. Mitsuha la agarró por las axilas, la levantó del suelo y la subió al árbol.

“¡Mitsuha!” Colette chilló su nombre y balbuceó unas cuantas palabras más que no pudo entender. Ignorándola, Mitsuha movió sus manos de las axilas de la chica a sus pies para impulsarla hacia arriba. Colette entendió inmediatamente lo que Mitsuha estaba haciendo y comenzó a escalar el árbol por sí sola. Una vez que alcanzó la primera rama, se impulsó a sí misma hacia esta. “¡Mitsuha!” llamó de nuevo, y estiró su pequeña mano tan abajo como pudo.

“Lo siento.” Mitsuha sonrió y sacudió su cabeza. “No soy buena escalando árboles, y esa rama probablemente no nos soportará a ambas. ¡Bye-bye, cariño!” Las bestias comenzaron a aproximarse lentamente—con su presa quedándose en su lugar, ellos debieron pensar que se estaba rindiendo. Confirmando lo que Mitsuha había vislumbrado anteriormente, una de las bestias adultas emergió junto a tres de sus crías. Eran muy parecidos a lobos, así que decidió asumir que de hecho eran lobos.

Arrojó una vara hacia ellos como distracción. No les dio, pero lo tomaron como un signo de agresión y sus labios se curvaron en una serie de gruñidos. Bien. Pase de “una presa débil y sencilla” a “una presa que se resiste”. ¡Tengo su atención, así que todo lo que tengo que hacer ahora es alejarlos! Se alejó tan rápido como pudo de donde estaba Colette quién sólo gritaba “¡Mitsuha! ¡Mitsuha! ¡Mitsuhaaaaaaa!”

No tomó mucho tiempo antes de que empezara a fatigarse. Siempre me levanto temprano, pues tengo toneladas de cosas que hacer por la mañana. Me quedo sin energía rápidamente, ya que hay toneladas de cosas que nunca hice. Sin contar la clase de gimnasia, mis únicos ejercicios fueron partidos de airsoft a los que mi hermano me arrastraba, así que soy tan débil como parezco. Tengo buenos reflejos, pero daría asco en una maratón.

El terreno del bosque también era muy hostil para un corredor humano, así que la bestia la atrapó fácilmente. Tampoco parecían esforzarse demasiado; Mitsuha se imaginó que sólo estaban jugando con ella antes de matarla. Sólo los grandes están cazando. Eso es bueno también, ya que los más pequeños definitivamente no pueden escalar por el árbol hasta Colette. No fue un pensamiento que tomara mucho tiempo, pero Mitsuha deseó poder haberse asegurado de cuidar sus piernas.

¡Agh, ya casi! ¡Sólo necesito asegurarme de que Colette escape! Pensó, pero en el momento en que dio un mal paso, tropezó y se estrelló con un árbol cercano. Si el lobo que gruñía salía del panorama, habría sido algo sacado de una comedia de payasadas. ¡Aaah, no quiero morir! ¡Colette! ¡Papá! ¡Mamá! ¡Hermano! Paniqueó encogiéndose contra el tronco. Mientras los mortales colmillos del lobo se acercaban, distintos momentos de su vida pasaron frente a sus ojos.

La sonrisa de Colette, sus padres, su hermano mayor… Él le había enseñado y dicho todo tipo de cosas. Ella lo había amado mucho y siempre podía confiar en él sin importar cuán… excéntrico fuera. Siempre le había molestado cuanto amaba usar frases ingeniosas que sacaba de novelas, y cuán presumido parecía cuando decía la frase perfecta en el momento perfecto. Pero ahora mismo, encarando a la muerte, ella se preguntaba qué habría dicho él.

Al final, todo lo que emergió de sus labios fue un fuerte y estridente “¡HERMANOOOOO!”

Y en ese momento, Mitsuha se desvaneció. El lobo, aún con su mandíbula abierta, chocó de cara contra el árbol. Después de retorcerse de dolor por un momento, se levantó y sacudió su cabeza de un lado al otro en absoluta confusión.

 

Con un ruido seco, Mitsuha cayó en la cama. Se materializó de la nada a unos centímetros sobre esta, y el lugar donde estaba ahora la había dejado estupefacta. No porque era desconocido para ella—todo lo contrario. Instantáneamente reconoció que estaba en su propia casa. Específicamente, sentada en la habitación de su hermano Tsuyoshi.

Antes de que siquiera pudiera pensar en porque había terminado en su habitación y no la suya propia, su cuerpo saltó de la capa. Ella conocía la habitación de su hermano por dentro y por fuera. Sus piernas se movieron hasta el escritorio y su mano encontró su camino hasta el segundo cajón.

¿Eh? Umm… ¿Esta es la habitación de Tsuyoshi, cierto? ¿Dónde está el lobo? ¿Todo fue un sueño? ¿Qué hay de Colette? Se preguntó, dejando que sus reflejos supremos se apoderaran de ella. Ahora era “Spex”, no Mitsuha, quién tenía el control.

Como sea, no podía desperdiciar el tiempo en pensar en ello y cada segundo era crítico, su cuerpo saltó a la acción. Corrió como una máquina bien aceitada y sus pensamientos encontraron su camino hasta el presente.

Um… Sigo llevando zapatos, hay hojas en mis ropas, y en general soy un desastre, así que… ¿No fue un sueño? Eso significa que Colette sigue… Mitsuha trató de hacer correr su mente continuamente; mientras tanto, sus dedos localizaron una pequeña bolsa de nylon llena de pequeños balines, la rasgó y puso el contenido en su bolsillo derecho. Los balines eran más pesados de lo que parecían, especialmente esas cantidades.

Sus brazos alcanzaron un objeto de uno de los estantes y lo metió en su cinturón. Era un Tirachinas Falcon II. Aunque a primera vista parecía un juguete, podía hacer tanto daño como una pistola calibre 22. Tsuyoshi la había entrenado para empuñarla, y era decente al dispararla.

A continuación, abrió la ventanilla, sacó una preciosa pieza de metal y la metió en su bolsillo. Era un cuchillo—el Gerber plegable deportivo II. En cuanto sus ojos se posaron en él, Mitsuha recordó las palabras de su hermano: “Escuché que hay un país en donde cada chico obtiene un cuchillo plegable de su padre en su décimo cumpleaños. ¡La forma elegante! ¡El metal brillante! ¡El aura amenazante que sólo las armas reales tienen!” Lo había hecho sonar como la mejor cosa desde el pan en rebanadas, pero en realidad, era simplemente un cuchillo plegable normal.

Las piernas de Mitsuha la llevaron escaleras abajo hacia la cocina. Sus manos tomaron el control nuevamente, tomando un cuchillo para trinchar del compartimento cercano al lavabo. Los cuchillos para sashimi eran más afilados y largos pero probablemente no le harían nada a los lobos sin romperse, así que los cuchillos para trinchar eran una opción más confiable. Después de que la cuchilla fuera envuelta en ropa por seguridad, también fue a su cinturón. Sus manos confiadas agarraron una toalla de cocina de tres pies, la doblaron a la mitad y la colocaron en el suelo. Después de que la llenara de especias como pimienta, shichimi y chile, la enrolló y la guardó en su bolsillo izquierdo.

¿Cómo es que salí del bosque y terminé aquí, en todo caso? No, olvídalo—¡Ahora mismo necesito salvar a Colette! ¿Pero cómo? Espera, estaba llamando a mi hermano y terminé en su habitación. ¿Eso quiere decir que puedo, como, desear a dónde ir? En ese caso, necesito algo con lo que deshacerme de los lobos.

Pero fue demasiado tarde—su cuerpo ya había hecho el trabajo. Antes de que Mitsuha se diera cuenta, ya había terminado sus preparativos y tenía todo lo que creyó necesitar. Después de revisar para asegurarse de que sus reflejos no hubiesen traicionado o pasado por alto algo importante, sus pensamientos la atraparon. Mitsuha llamaba a esta fase “Adquisición de conocimiento”.

¿De verdad puedo regresar? ¿Debería regresar? ¿Esto será suficiente contra esos lobos? ¡Esta vez podría morir en serio! ¡Estoy de vuelta en Japón, sana y salva! ¡¿Por qué debería ir?! ¡¿Cuál es mi motivación?! Repentinamente, Mitsuha llamó de vuelta a su hermano y se preguntó qué es lo que diría acerca de esto.

Se dio cuenta de que había cometido un error, pero era muy tarde; sus palabras demasiado presumidas ya estaban resonando en su cabeza. “¿Hmm? Querida hermana, ¿De verdad necesitas una razón para rescatar a una damisela en peligro?” Está bien, está bien, ¡Tienes un punto! Rayos hermanito sólo cállate, eres un dolor en el trasero… Pero sigo queriéndote, ¡Maldición!

 

Mitsuha apareció de vuelta en el bosque e inmediatamente se estrelló de frente contra un árbol—algo muy alejado de un suave aterrizaje. Mirando alrededor, no vio ninguna señal de aquellos agresores caninos. Seguramente habrían vuelto con Colette, así que ahora el tiempo era esencial. Tampoco había viento, así que debía tener cuidado de no hacer mucho ruido. Colette está bien, estoy segura. No pueden escalar ese árbol, ¿Cierto?

Volvió a toda prisa a donde había dejado a Colette, ignorando los arbustos espinosos que arañaban su piel, pero recorrer toda esa distancia le tomó más de lo que le había tomado su desviación inicial. Una vez que llegó, se escondió detrás de un árbol cercano. Los cuatro lobos le ladraban a Colette. Se veía aterrada pero aun así ilesa. Mitsuha sacó el cuchillo plegable de su bolsillo, desplegó la navaja y cuidadosamente lo deslizó en su cinturón. Luego tomó el tirachinas en su mano izquierda y usó la derecha para preparar unos cuantos balines.

Estos balines eran de acero, lo cual era un poco inusual considerando que los ligeros eran el usual para los tirachinas. Según Tsuyochi, “Producirlos en masa es más barato y fácil, además los hace perfectos para el airsoft. Y son pesados, pero no lo suficiente como para rebotar—lo cual significa que arden como el infierno. ¡Pero estos bebés están hechos de acero! Dispara uno de estos de cerca y atravesarán a tu objetivo. ¡Es el arma más varonil que existe!”

Mitsuha tenía suficientes balines, pero ya que debía atravesar una piel gruesa, dejó de lado el ferviente parloteo de su hermano. Cargando un balín de acero en el tirachinas, colocó el tirachinas hacia adelante y tiró del elástico lo más que pudo. Mitsuha podía parecer débil por fuera, pero eso se debía sólo a su tamaño. Era lo suficientemente fuerte como para tirar del duro elástico; su único límite real era el que pudiera alcanzar. Por supuesto, eso significaba que sus tiros serían más débiles que los de, digamos, Tsuyoshi. Probablemente tendría que golpear el punto débil del lobo adulto de un solo tiro y esperar que los jóvenes no estuvieran tan cerca como creía. Tsuyoshi también tenía una ballesta, pero ella nunca la había usado, y recargarla probablemente tomaría un montón de tiempo. Así que ella—o Spex, tal vez—había decidido no llevarla.

Mitsuha hizo lo mejor que pudo para apuntar cuidadosamente, pero sus manos estaban temblando tanto que decidió simplemente soltar. Escuchó el silbido del balín volando por el aire, luego un estridente chillido a la vez que uno de los lobos más pequeños colapsaba.

¿L-le di en la cabeza? Ahí no hay músculos, así que atravesó su cráneo o al menos le dio una contusión.

En realidad había apuntado hacia el adulto. Después de todo, era el mayor objetivo, así que quería al menos debilitarlo. Aun así, sacar a uno era bastante bueno. Mejor que fallar, al menos. El lobo grande no tenía ni idea de porqué su cría había colapsado, así que simplemente corrió a su lado totalmente desconcertado. ¡Si, sigue siendo mi turno!

Ella preparó cuidadosamente y disparó un segundo balín que golpeó al adulto en su muslo derecho. Ni siquiera lastimó al animal, y por supuesto que ahora la bestia ahora en alerta la miraba directamente a ella. Si las miradas pudieran matar, la de ésta la habría hecho caer muerta instantáneamente. Los lobos más jóvenes notaron hacia donde miraba—probablemente su madre—el lobo adulto, y se abalanzaron contra Mitsuha. Su mamá pareció desconcertada por un segundo, luego se quedó de pie en el lugar, permitiéndole a los jóvenes ir a por el asesinato. Aún asumía que Mitsuha era una niña indefensa.

Rápidamente, Mitsuha disparó un tercer balín que falló. No puedo esperar atinar todo el tiempo. Chasqueó su lengua en frustración y preparó un cuarto tiro—probablemente el último antes de que se acercaran demasiado. Sintió como el pánico comenzaba a apoderarse de ella, pero la distancia a la que los lobos se habían acercado hizo que su último tiro fuera más acertado y poderoso. ¡Le di! Uno de los dos restantes colapsó. Ella golpeó su garganta—un verdadero punto débil.

Sin siquiera mirar a sus hermanos caídos, el último de los descendientes saltó hacia ella. Ya había arrojado el tirachinas, sacado el cuchillo de trinchar de su cinturón y desenvuelto la toalla. Bendecida con una visión excelentemente dinámica y reflejos, Mitsuha no tuvo problemas esquivando al pequeño lobo sin experiencia en cuanto vino hacia ella. En cuanto lo hizo, movió el cuchillo cortando el cuello, mandándolo al suelo junto a los otros dos. Entonces…

“¡AUUUUUU!”

Un aullido que helaba la sangre hizo eco en todo el bosque. Sus niños habían sido asesinados, los tres. Aún si seguían respirando, la cruel naturaleza no mostraría piedad a ninguna bestia con semejantes heridas. Trabajó tan duro en criarlos y estaban tan cerca de la adultez, pero ahora ella los había perdido ante una presa de práctica sin garras, colmillos ni pelaje.

Odio. Odio. Odio. Odio. Matar. Matar. Matar. MATAR. Era todo lo que se encontraba en la mente de la madre de los lobos en cuanto arremetió contra Mitsuha.

¡Aquí viene! Mitsuha se preparó. De alguna manera se sacó de encima al más joven, pero eso la puso en un escenario digno de un jefe final contra la madre. Los lobeznos eran inexperimentados, pero esta claramente no lo era. Engañarla no sería fácil, y Mitsuha era un humano de cuerpo suave que no tendría una oportunidad siquiera en una pelea uno contra uno, así que simplemente había una cosa que podría hacer.

En cuanto el lobo cargó contra ella, Mitsuha cambió su agarre en el cuchillo a la mano derecha y con la segunda alcanzó el interior de su bolsillo. Cincuenta pies… Treinta pies… ¡Ahora! Columpió su mano izquierda y saltó hacia la izquierda. “¡RAAAAWR!” El lobo se lamentó y retorció en el suelo, rodeado de una nube de especias. Con sus sentidos super agudos, ¡Los animales salvajes probablemente no podrían con toda esa pimienta y picante! Incluso Mitsuha estaba en mal estado, con fluido brotando de sus ojos y sus fosas nasales.

Pero tenía que aprovechar esta oportunidad si quería ganar. Luchando contra el dolor de sus ojos, nariz y garganta, empuñó el cuchillo para trinchar y se lanzó contra el lobo. Desafortunadamente, los auténticos animales salvajes estaban diseñados para resistir ataques humanos. Incluso si no podía ver ni oler, un lobo maduro no era lo suficientemente débil como para dejar ir a su presa sin pelear. Rechinó sus dientes y golpeó a la nada con sus garras.

Mitsuha no vio ninguna manera segura de acercarse sin ser rasguñada o mordida, pero no podía perder mucho tiempo dado que la ventaja que había ganado gracias a su bomba picante se disminuía a cada segundo.

¿Qué hago? ¿Qué es lo que mi her-? ¡Ah, ahora no! Trató de combatir el impulso, pero no había caso; ya se estaba imaginando lo que su hermano haría.

Como siempre, su cerebro seleccionó sólo lo necesario de los archivos “¿Qué diría Tsuyoshi?”. “Una persona verdaderamente fuerte es ferozmente orgullosa y tiene el valor para demostrarlo”, su voz sonó en su cabeza, seguido de “¿Sabías que los lobos no pueden cerrar sus bocas si tienen algo atorado en la garganta?”

Parecía un dato curioso sin utilidad. ¡Hasta ahora, eso es! ¡Espero que no estuvieras jugando conmigo, hermano! ¡Si pierdo mi brazo, será tu culpa! Maldita sea, ¡¿En qué estoy pensando?!

“¿Por qué preocuparse por perder un brazo o una pierna? ¿No has visto las películas en las que las personas reemplazan sus extremidades con motosierras o metrallas? ¡Es brutal!”

¡AGH! ¡¿En serio te la estás pasando en grande en mi cabeza, no es así?! ¡Ni siquiera muerto dejas de ser un dolor en mi trasero! Como sea.

Mitsuha saltó hacia el lobo. Visto desde detrás parecía su mejor apuesta, pero este lo notó y reveló sus colmillos ante ella. Balanceó el cuchillo para trinchar a su alrededor y de alguna manera evitó cualquier daño, luego lo tackleó. Ahora estaba sobre su lomo, aferrándose con toda su fuerza. No podría atacarla con sus extremidades en esta posición, y no podría girar la cabeza lo suficiente como para morderla—Espera, ¡¿Puede hacerlo?! ¡No tenía idea de que los cuellos de los lobos podrían girar tanto!

Sin ninguna otra opción, hizo la apuesta de su vida y enterró su brazo izquierdo muy, muy profundo en la boca del lobo. “¡GEH!” se atragantó el lobo, raspando el brazo de Mitsuha con sus colmillos mientras trataba frenéticamente de cerrar su mandíbula. El humano estaba aferrándose al lobo, el lobo tenía al humano sobre él, pero su pelea recién había comenzado.

En cuanto se agarró al cuerpo del lobo, Mitsuha perdió su cuchillo de trinchar. Pero a pesar de todo el caos, gracias a algún milagro, aún tenía un arma—la hermosa cuchilla que su hermano mayor había adorado con tanta vehemencia. “¡G-GERBER DEPORTIVO PLEGABLE SEGUNDOOO!” Gritó el nombre de memoria—sintió que a él le habría gustado así—mientras lo tomaba de vuelta.

¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala!

Era un cuchillo corto en las manos de una chica débil. La hoja no llegó muy profundo, pero era de una calidad lo suficientemente decente como para perforar la piel y hacer un daño decente. Mitsuha había sobrepasado sus límites más allá incluso de su golpe de adrenalina. Apenas estaba consciente, y su sentido de cautela la había dejado hace un buen rato. Sus piernas se aferraban al lobo prensándolo, con su brazo izquierdo en las fauces de la bestia, estaba mucho más aferrada a esta posición.

¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala!

Me duele el brazo.

¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala!

No siento la mano.

¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala!

Está oscuro. ¿Cuándo se ocultó el sol?

¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala! ¡Apuñala!

Hermano… ¿Dónde estás?

El lobo se retorció y se resistió, pero no pudo sacarla de encima. La pequeña estatura de Mitsuha y lo poco que pesaba estaban a su favor. Su brazo en la boca del lobo le dificultaba a este respirar o siquiera tomar represalias. No podía reunir tanta fuerza como antes y sentía que algo importante abandonaba su cuerpo. Si el lobo fuese capaz de pensar como humano, estaría enloqueciendo del pánico.

¿Qué es lo que tengo encima? ¿La presa? ¡No! ¡Es algo más! ¡Asqueroso! ¡Aterrador! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Qué está pasando?! ¡No, no, no! ¡Ayuda! ¡Ayu–!

 

Repentinamente todo se volvió silencio y ya nada se movía. No, dos de los lobos jóvenes seguían retorciéndose, pero era lo que quedaba de ellos. Eventualmente, se escuchó el sonido de una pequeña niña bajando de un árbol. Miro temerosa de un lado al otro y notó algo que la sobresaltó.

Eran un lobo y una chica, yaciendo en el suelo tan cerca el uno del otro que parecían entrelazados. La sangre de la bestia en el brazo de la chica, el cual estaba alojado en la boca del lobo, era suficiente para asumir que la pelea había sido fatal. La niña del árbol corrió rápidamente hacia ellos y revisó a la otra chica en busca de pulso y más heridas, y se sintió aliviada de haberla encontrado en condición estable. Entonces recogió el cuchillo que parecía espada que yacía cerca, terminó a los lobos más jóvenes que seguían respirando y corrió hacia el pueblo.

Cautelosa y despiadada. Así como era Colette.

Mitsuha Vol. 01 – Cap. 01

Traducción: Suyen
Corrección: Ganzito


Capítulo 1: Mitsuha viaja a otro mundo


La chica se encontraba en lo alto de un acantilado, sus manos descansaban en la barandilla de madera desgastada que la separaba de las profundidades. Su mirada se posó sobre el horizonte distante. Oh, pero no te preocupes—el suicidio era en lo último en que pensaba.
Su nombre era Mitsuha Yamano. Su lacio cabello negro corto hasta los hombros enmarcaba una juvenil cara sin una pizca de maquillaje. Alcanzando el metro y medio, la chica de 18 años era usualmente confundida con una niña de secundaria o, por si fuera poco, de primaria.
Hace seis meses, Mitsuha perdió a su querida familia —su madre, padre y hermano mayor— por un extraño accidente, dejándola sin ningún pariente cercano. Ella tenía algunos lejanos, claro, pero las veces que se habían visto se podían contar con los dedos de una mano, y parecía que no volverían a verse jamás.
Después del funeral y otros asuntos relevantes, Mitsuha recibió una fuerte cantidad de dinero por parte de la herencia y el seguro, y claro que los enemigos no escasearon luego de ello. Un particularmente tío avaro y su esposa buscaron arrebatarle el dinero con palabras crueles e intimidación. Incluso unos cuantos indeseables de la escuela de Mitsuha holgazaneaban afuera de su casa tratando de sacarle lo que pudieran. En el momento en que Mitsuha pudo ahuyentar a todos los que perseguían su billetera, su carga mental la llevó a fallar en el examen de admisión de la universidad.
Perder a su familia ya era lo suficientemente malo, pero el hermano de Mitsuha —dos años mayor que ella— había sido su ídolo, así que su pérdida le afectó más. El dolor, el estrés que conllevaron las secuelas y el profundo abatimiento que le siguieron le dificultaron demasiado el concentrarse en sus estudios. Al menos por ahora se había recuperado casi por completo del dolor de haber reprobado sus exámenes.
Anhelando un cambio de ritmo, ella decidió visitar un destino turístico local.
En realidad, llamarlo así había sido bastante generoso —el “mirador”, como se conocía, no era más que la punta de una costa rocosa. Tenía una noción de modestas conveniencias, con esas barandillas de madera desgastadas, binoculares de monedas, y baños públicos decorando el área. Pero Mitsuha no necesitaba nada más. Todo lo que quería era mirar al océano y disfrutar de su tranquilidad.
En ese poco remarcable día de la semana, los únicos otros visitantes eran una pareja universitaria, un viejo matrimonio y un trío de matones cabezas huecas cuya inteligencia rivalizaba con la de las rocas de abajo. Mitsuha, por otro lado, tenía el potencial como para matricularse en cualquiera de las incontables universidades del país. Desafortunadamente, sólo había una cerca de la casa que sus padres le dejaron y sus requisitos de entrada eran demasiado exigentes. Quizás ella habría sido capaz de matricularse si hubiera estado en condiciones de dar lo mejor de sí, pero esto había probado ser demasiado para ella en su terrible estado.
Anteriormente, Mitsuha no tenía problemas en ir a una universidad lejos de casa, pero ahora que estaba sola, ella no quería dejar la casa de sus padres. Ellos la construyeron desde los cimientos, y con la ausencia de los miembros de su familia, las memorias que dejaron atrás se habían vuelto muy preciadas como para dejarlas ir. Fue este apego lo que llevó a Mitsuha a solamente tomar los exámenes de admisión de la universidad local.
Cielos… ¿Qué voy a hacer ahora? Mitsuha meditó acerca de si debería intentar presentar los exámenes el próximo año o concentrarse en asegurar un ingreso constante en su lugar. La hipoteca restante de la casa Yamano había sido pagada cuando su padre murió, y el seguro de vida de sus padres había sido bastante generoso. De todas formas, aprovecharía bien los cuatro años de los mejores y más caros colegios que se le habían dado.
Por esta razón, Mitsuha sopesó la opción de simplemente unirse al mundo laboral. Aunque no podría ganar tanto dinero como si tuviera un título universitario, ni siquiera había compañías a los alrededores que fueran tan generosas para empezar. Además, un título difícilmente aseguraba un trabajo bien pagado actualmente y menos siendo tan joven.
Mitsuha también consideró la posibilidad de casarse y tener hijos en el futuro. Habría sido difícil hacer malabares entre una familia y un trabajo de tiempo completo; la deuda universitaria sólo habría empeorado las cosas. De entre todas las opciones, la universidad no parecía encajar con lo demás, la opción más viable era comenzar a trabajar y ahorrar.
No es como si tuviera un trabajo soñado o algo pensó mirando al hermoso océano.
“Pero mira nada más, ¿A quién tenemos aquí? ¿Saltándose clases, señorita?” Una voz aceitosa proveniente de atrás interrumpió sus pensamientos. Mitsuha volteó y se encontró a sí misma arrinconada por tres siniestras sonrisas. El delincuente que había hablado tenía el cabello decolorado y parecía tener alrededor de veinte años. “¿Quieres salir con nosotros? Pasaremos un buen tiempo, te llevaremos a un lugar agradable, te conseguiremos algo para comer… ¿Y luego vemos hacia dónde nos lleva?”
Aquí vamos de nuevo. Obviamente piensan que soy una niña que se está saltando las clases, pensó Mitsuha totalmente aburrida. Mientras que muchas mujeres disfrutaban verse más jóvenes de lo que realmente eran, Mitsuha era una adulta, por lo que no encontraba divertido que la tratasen como una colegiala. Pero si revelaba que en realidad tenía dieciocho años, eso los animaría aún más, así que decidió guardar este hecho para sí misma.
¿Pero en serio importaba? Los hombres frente a ella estaban acosando a una chica que ellos asumían era una estudiante de secundaria; quizás no les habría importado para nada saber su edad. Aunque la opinión de Mitsuha acerca de estos mujeriegos era baja desde el principio, ella no quería aceptar la amarga verdad: ellos en realidad irían tras una estudiante de primaria.
A pesar de todo, ellos no eran gente con la que quisiera tratar, pero escapar habría sido difícil. Los tres delincuentes lascivos bloqueaban el camino, y detrás de ella sólo podía saltar hacia su muerte. Atrapada contra la valla de madera, no había ninguna solución que ella pudiera ingeniar.
Con su mejor voz de chica joven, ella habló, “Disculpe, señor… No puedo ir con usted, ¡Mamá y Papá vendrán a recogerme!”
Mitsuha esperaba que su actuación los convenciera de que realmente era sólo una niña esperando a sus padres —un objetivo muy bajo para estos matones.
En cambio, el rubio escaneó el perímetro para confirmar la ausencia de sus padres y se acercó, la tomó por el brazo y gruñó “¡Sólo ven con nosotros!” Sus compañeros también avanzaron, sumiendo a Mitsuha en pánico. Ella miró alrededor, desesperada por encontrar algún transeúnte que pudiera ayudarla, pero todos los que pasaban hacían un valiente esfuerzo por no ver nada.
Cómo lo imaginé, nadie quiere ser un héroe. Supongo que no tengo elección. ¡Me encargaré de ellos yo misma!
A pesar de su cuerpo diminuto y su aspecto angelical, la inteligencia y fuerza física de Mitsuha no debían ser subestimadas. Pero por sobre todo, Mitsuha tenía agallas. Fue esta cualidad la que le permitió proteger su herencia de aquellos que buscaban hacerse con ella.
Su cuerpo se movió sin pensarlo, pateando directamente la entrepierna del chico rubio. Él cayó sobre sus rodillas sin más, retorciéndose de dolor. Espuma se asomaba de las comisuras de sus labios y rápidamente colapsó, yaciendo inmóvil entre sus camaradas.
“¡¿QUÉ DIABLOS CREES QUE HACES, PERRA?!” La frase de manual de gangster brotó de uno de los delincuentes restantes, y con rabia, empujó a Mitsuha con toda su fuerza.
“¡Eek…!” Ella jadeó en cuanto su espalda hizo contacto con la barandilla y un ominoso crujido llegó a sus oídos. Lo siguiente que supo fue que se encontraba en el aire, a merced de la gravedad.
¡¿Eeeehhh?!
“¡AAAAAAAAHHHHHHHH!”
¡Cayendo! ¡Estoy cayendo! ¡ESTOY CAYENDO! ¡ESTOY CAYEEENNNDOOO! ¡No quiero morir! ¡No quiero morir! ¡NO QUIERO MORIR!
En cuanto perdió la conciencia, Mitsuha escuchó algo tronar, acompañado de un grito que no era suyo.
“¿Dónde estoy?” Mitsuha miró a su alrededor.
Corteza, hojas, pasto, muchos árboles… Sip, estoy en un bosque. Espera, ¡Un momento! ¡Caí de un acantilado, eso es seguro! Al fondo sólo había olas y rocas, ¡¿Verdad?! pensó desconcertada. Pero tampoco era como si se estuviera quejando. Despertar en un bosque random no es genial, eso es seguro. ¡Pero es mucho mejor que volverse una mancha roja en unas rocas!

 

 

Con aquellos pensamientos en su cabeza, Mitsuha se levantó con aires reflexivos y revisó su condición física. Si, “reflexivos”. Ya sea por costumbre o adaptación, Mitsuha ha sido así desde hace más tiempo del que puede recordar. En la mayoría de las situaciones, ella actúa primero y piensa después. No creía que fuera algo del todo normal, pero sus intentos por cambiar su condición no han sido fructíferos.
Imagina, por un momento, que hay una pelota volando hacia ti. Generalmente tienes dos opciones: esquivar o atrapar. No desperdiciamos tiempo pensando Oh, mira, ahí viene una pelota. ¿Qué debería hacer? ¿La atrapo? ¿La esquivo? ¿A la izquierda? ¿Quizás a la derecha?
Por otro lado, nunca reflexionarías mucho sobre hacer una compra. Desde el punto de vista de Mitsuha, el tiempo era un lujo que permitía cuidadosamente pensar en una estrategia. En un apuro, no contarías con nada más que tu intuición para procesar la información disponible y escoger el mejor curso de acción. En sus propias palabras, los reflejos eran la primera mejor estimulación de movimiento. Estos reflejos generalmente estarían limitados a movimientos físicos básicos, pero en su caso, esto parecía aplicar en un amplio abanico de acciones, aunque ella aún no sabía el porqué.
Un amigo una vez le dijo a Mitsuha “Tú sólo piensas en porqué haces las cosas luego de que las haces, ¿No?” Esto llevó a nuestra querida protagonista a recibir el nombre de “Spex”, abreviación de “Spinal Reflex”.
Si quitas una letra se vuelve algo pervertido, ¡Maldita sea!
Si uno lo consideraba, las decisiones precipitadas y aquellas que eran producto del pensamiento crítico no parecían tan diferentes. Tal vez todos los humanos tenían la capacidad de pensar y tomar decisiones en un instante pero estaban programados para un proceso de pensamiento más exhaustivo para entender por qué lo pensaron.
Ah, pero nos salimos de la tangente. Tomemos el control y volvamos a lo que realmente importa, ¿Si?
Okay, no estoy lastimada. Todo parece bastante en orden. Tengo mi cartera, las llaves de mi casa… ¡¿Dónde está mi credencial estudiantil que he estado portando durante tres años seguidos?! Oh, cierto. Me gradué. Mitsuha también revisó el largo bolso de hombro que cayó junto con ella y comprobó que aún contenía su paraguas, pañuelos y bolsa de plástico para supermercado. Esto último era, según ella, un objeto invaluable.
Después de asegurarse de que tenía todas sus extremidades y pertenencias en su lugar, Mitsuha revisó sus alrededores. El bosque era relativamente denso, y el área en el que había aterrizado no había revelado ningún signo de actividad humana. No podía ver ninguna huella o detectar a alguna persona en las cercanías.
Supongo que caminaré, pensó ya caminando.

Dos horas pasaron y Mitsuha se sentía exhausta. Unos escasos rayos de sol se filtraban a través de la copa de los árboles, apenas lo suficiente como para iluminar su camino. Sin saber hacia dónde iba, todo lo que Mitsuha podía hacer era caminar adelante, esquivando los árboles y rocas en el camino. Sentía que estaba caminando en círculos, así que comenzó a marcar algunos de los objetos que pasaba. Cuando no volvió a encontrarlos, lo interpretó como una buena señal.
Tengo que salir de aquí antes de que oscurezca. ¿Quién sabe qué tipo de depredadores viven en estos bosques? Supongo que podría dormir en un árbol si tuviera que, pero ya puedo imaginarme a mí misma rodando y cayendo del mismo. También tengo que encontrar agua… ¿Habrá algún arroyo o algo cerca? Alguna fruta podría funcionar también.
“Hombre, estoy cansada.” Mitsuha había estado caminando durante cuatro horas. Todo ese tiempo no habría sido tan agotador en un camino apropiado hecho por el hombre, pero lamentablemente ella estaba caminando a través de la maleza del bosque. Sus músculos se tensaban al moverse y sus pies palpitaban. El sol también comenzaba a ocultarse, así que decidió escalar al primer árbol decente que encontró y pasar ahí la noche.
Claro, probablemente no dormiré muy bien, pero caminar por aquí de noche es un suicidio. Mi cuerpo no lo logrará, no puedo ver nada en la oscuridad, y sería un dulce postrecillo para cualquier cazador nocturno cazando por aquí…

Mitsuha exhalaba con cansancio. Retomó su caminata al amanecer, tres horas después. No había pegado ojo en toda la noche. No sólo porque estaba aterrada de caerse del árbol que había elegido, sino porque no poseía ninguna sábana o algo que ayudase de alguna manera a acolchar las duras y nudosas ramas.
“¡Ah!” Soltó un chillido agudo al escuchar el desagradable sonido de su tobillo izquierdo. Su cuerpo fatigado y somnolencia la tenían distraída, así que pisó mal y su tobillo se torció con algunas raíces.
Maldición, eso duele.
Ella continuó de todas formas; no tenía otra opción. Quedarse en aquel lugar no habría mejorado su situación, y no era como si fuera a recuperar su salud milagrosamente si descansaba. No, ella quería forzarse a sí misma a seguir caminando hasta encontrar un asentamiento o al menos un trayecto hecho por el hombre. No era la mejor decisión para su pierna, pero era mejor que la muerte.

Pasaron unas cuantas horas más. Mitsuha no se topó con ningún alimento o agua para saciar su hambre o sed, y el dolor de su tobillo izquierdo sólo se volvía más intenso. Había pasado tanto tiempo pensando en su situación que se había hartado de ello. Después de todo, tenía todo el tiempo del mundo.
El día anterior había estado inconsciente por alrededor de veinte minutos, quizás media hora. Había revisado el tiempo en su reloj de muñeca en el momento en que se despertó. Lo peculiar de este hecho fue que desde la cima en la que Mitsuha había estado, no se veía un bosque tan grande como para haber permanecido tanto tiempo en él. Además, Mitsuha se había caído de un acantilado, así que era improbable para ella haber salido ilesa. Esto la llevó a tres posibles conclusiones:
La primera: Morí y esto es lo que sigue después.
La segunda: Estoy en algún hospital, en coma, y todo esto es un sueño.
La tercera: Los aliens me abdujeron y me llevaron muy, muy lejos… ¡Oye, también me gusta la ciencia ficción, sabes!
Después de un breve momento de contemplación, ella pensó ¡M-me gustaría que fuera la tercera! ¡No soy fan de las otras dos!
Dejando de lado el misterio de su llegada, Mitsuha reafirmó su deseo de encontrar civilización. Si descubría que seguía en Japón, buscaría a la policía; si no, iría a la embajada japonesa más cercana.

Para su tercer día en el bosque, Mitsuha estaba muy, muy cansada. Había despertado por la tarde del primer día, y ahora seguía siendo de mañana, así que sólo había pasado un día y medio. Desesperada y privada de alimento y agua, ella hizo una apuesta y comió algunas hojas de las plantas. Podía tolerar el hambre, pero la sed la estaba venciendo. En este punto, sentía que la muerte no estaba muy lejos.
Hombre, tenía que haber descansado más que ayer. Estoy tambaleándome tanto que siento que estoy tropezando con cada piedra o raíz. Mis brazos y piernas están cubiertas de rasguños y el dolor de mi tobillo me está volviendo loca. Se siente como si se expandiera por todo mi cuerpo. A pesar de todo, ella reunió toda su fuerza de voluntad y continuó moviéndose. Si no lo hacía, moriría.
Finalmente, cuando su noción del tiempo se perdió y su conciencia se oscurecía cada vez más, se topó con un sendero. Era lo suficientemente ancho para una persona, así que casi dudó que hubiese sido formado por pies humanos.
Por favor no me digas que son rastros de animales, te lo ruego… El descubrimiento la hizo relajarse tan rápido que, después de tres días de constante movimiento, sus piernas dieron su último esfuerzo. Colapsó en el suelo e instantáneamente quedó inconsciente.

“No reconozco este techo” murmuró Mitsuha. A pesar de su confusión, una pequeña parte de ella estaba exaltada de ser capaz de pronunciar una de las treinta líneas que ella siempre había querido decir.
Dejame pensar… Si para este punto no estoy totalmente loca, pasé días deambulando por un bosque que no debería de haber estado ahí para empezar, y luego me desvanecí tan pronto como encontré un sendero. Ahora estoy en la cama de un extraño, observando un techo que nunca había visto.
Después de poner en orden sus—bizarros como eran—pensamientos, miró a su alrededor. Estaba en la habitación de una acogedora cabaña decorada con muebles raídos. Pese a la humilde habitación, todo parecía limpio y en orden.
¿Alguien me salvó? Se preguntó. Su mente seguía abrumada, pero estaba segura de su necesidad más fuerte e inmediata—sustento.
“¡Agua! ¿Puede alguien darme comida y aguaaa?”
Justo después de haber levantado su voz, Mitsuha escuchó pasos apresurados acercarse al otro lado de la puerta. La puerta se abrió en un balanceo, revelando a una chica. No parecía tener más de diez años, con brillantes ojos azules y con un brillante cabello plateado. Su vestido, aunque liso, no disminuía su adorable semblante. Se iluminó con una sonrisa y gritó en un idioma que Mitsuha no pudo entender.
Hermano, tengo el presentimiento de que ya no estamos en Japón, pensó Mitsuha. Tampoco parece que estemos en la anglosfera. Quizás fallé en los exámenes de admisión a la universidad, ¡Y qué! Aún puedo decir cuando alguien habla inglés, así como un par más de otros idiomas. Mientras la chica gritaba, Mitsuha rápidamente descartó el Japonés, Inglés, Chino, Coreano, Alemán, Francés e Italiano. La exótica apariencia de la chica parecía ser la única pista que ella tenía, y así podía decir que no era de ningún lugar en Asia.
Primero que nada, había asuntos más apremiantes que atender: Mitsuha estaba muerta de hambre, y su garganta estaba tan seca que difícilmente podría hablar. Primero se haría cargo de sus responsabilidades, luego vendría la comunicación. Después de hacer gestos para que la chica dejara de hablar, hizo mímica para expresar lo que quería. Ahuecó sus manos, pretendiendo beber de ellas, y apuntó hacia su boca mientras se frotaba el estómago.
Bien, eso debería ser suficiente. ¡Incluso un mono captaría el mensaje! Um… Quizás no debería de hacer esas comparaciones tomando en cuenta que esta chica probablemente me salvó la vida.
Aun sonriendo, la chica pronunció unas cuantas palabras en respuesta, luego se giró y dejó la habitación. ¡Si! ¡Me entendió! Espero…
Pero Mitsuha no tenía de qué preocuparse. Después de unos cuantos minutos, la chica volvió con una mujer que Mitsuha asumió era su madre, tomando como referencia las características similares. Trajeron una jarra con agua y dos copas, una vacía y la otra llena con alguna especie de papilla. Con un apresurado gesto de agradecimiento, Mitsuha bebió el agua de golpe.
“¡Uff! ¡Me siento viva de nuevo!” Suspiró con alivio, luego se giró hacia sus anfitriones e inclinó la cabeza. “Muchas gracias por salvarme.” Aunque quizás no entenderían sus palabras, Mitsuha sintió que su lenguaje corporal era suficiente para expresar su gratitud. La madre de la chica pareció en shock por un momento, quizás por la lengua extranjera, pero su rostro se iluminó con una cálida sonrisa.
Bien, fuera agradecimientos… ¡Es hora de comer! Mitsuha tomó la comida. A decir verdad, parecía una papilla de pedacitos de pan sumergidos y diluidos en leche hervida. Mientras que la comida era simple, también era nutritiva y fácil de digerir, lo cual era precisamente lo que Mitsuha necesitaba. A juzgar por la temperatura y cuán rápido se la habían llevado, era claro que la habían preparado para cuando despertara.
¡Qué buenos samaritanos! Tengo que agradecerles apropiadamente cuando vuelva. ¡Me salvaron la vida! Decidió Mitsuha mientras comía.
Una vez alimentada, la somnolencia se apoderó de ella. Su desmayo anterior y subsecuente inconsciencia estaban bastante alejados de un buen descanso. Alimentada y relajada, cerró los ojos y una vez más se dejó llevar en el sueño que merecía.

“Reconozco este techo” murmuró Mitsuha. Por supuesto; era el mismo techo granulado que había visto la última vez que había despertado. La diferencia entre antes y ahora es que se sentía refrescada.
Simplemente debo ignorar estas cortadas que tengo por doquier, mi tobillo torcido y mis muslos y pantorrillas agarrotados. No es la gran cosa. Ahora, ¿Cómo puedo sobrellevar esta situación? Se preguntó.
Mitsuha se había encontrado a sí misma en un crudo edificio adyacente al bosque masivo que había atravesado. Inicialmente había asumido que se trataba de alguna especie de refugio en las montañas, pero parecía ser una casa estándar para el área. Esto la llevó a concluir que estaba en un pueblo muy rural.
Parece que tengo que ir a una ciudad más grande para contactar a la embajada. Seguramente tendrán teléfonos ahí.
Mientras reflexionaba acerca de sus pensamientos, la puerta se abrió y la niña de cabello plateado de antes entró. Probablemente vino a revisarme porque me escuchó despertar. ¡Esta pequeña ninfa del bosque tiene sentidos agudos! Al ver a Mitsuha despierta, la chica sonrió, corrió hacia la cama, y trepó por ella. Su cabeza plateada salió disparada directo al estómago de Mitsuha.
“¡UUUGH! ¡ME RINDO! ¡TÍO, TÍO!” Mitsuha luchó para liberarse del abrazo de oso que siguió, lo cual estuvo peligrosamente cerca de romper su pequeño cuerpo. “¡MI ESPINA! ¡VAS A ROMPER MI ESPIIINAAA!” Después de un par de golpecitos en el hombro, la chica liberó a Mitsuha de su agarre. Mientras que Mitsuha cayó de vuelta a la cama retorciéndose de dolor, su agresora inclinó su cabeza con confusión.
Así que se trataba simplemente de una muestra de afecto o un saludo local, probablemente. Y si fue así de intenso viniendo de una pequeña munchkin,[1] ¡Un adulto probablemente me trituraría! Mitsuha hizo una nota mental de esquivarlos si se sentía en peligro.
Después de recuperarse de ese abrazo casi letal, se sentó en la cama con la niña y ambas comenzaron a comunicarse. Las palabras probaron no dar frutos, por supuesto, pero con el tiempo suficiente, Mitsuha sintió que podría conseguir la información que buscaba con meros gestos y expresiones. Resultaba ser que esa niña había sido quien había encontrado a Mitsuha luego de que se desmayó en el camino, y llamó a sus padres para llevarla adentro.
La chica le mostró la casa a Mitsuha, la cual resultaba estar vacía actualmente.
Sus padres deben de estar trabajando. ¿O quizás ahora que desperté fueron a decirle a alguien sobre mi…?
El par tuvo que salir cuando Mitsuha expresó deseos de ir al baño. ¿Afuera, en serio? Rayos, realmente estamos en el infierno. Había deducido todo esto, pero estaba lejos de lo que había imaginado. No había nada en el área además de unas cuantas cabañas más—casas, quiso decir—hechas de troncos de madera apenas procesados.
Si tuviera que adivinar de dónde vino el término “los palos”, sería de aquí, murmuró para sí misma. Además, uhm, ¿Dónde están las lámparas y los postes de energía? Oh, entiendo, hacen que este lugar parezca escénico y hogareño usando cables subterráneos, ¿Cierto? ¡Ugh, cómo sí! Parecía que tendría que encontrar una manera de llegar a la ciudad más cercana, después de todo.
Luego de regresar al interior, Mitsuha volvió a sus intentos de comunicación. La <<conversación>> fue lenta e incómoda, pero estaba sorprendida de lo mucho que había logrado aprender. Posiblemente se estaba perdiendo de algunos detalles, pero esperaba que no demasiados.
Si había entendido correctamente, esta chica—Colette era su nombre—era sólo una niña que vivía en esta casa con sus padres. Su pueblo era casi autosuficiente, sobreviviendo de industrias simples como la agricultura, la silvicultura y la caza. Y como dijo antes, Colette había sido quién había descubierto a Mitsuha inconsciente en el camino y había llamado por ayuda. Luego de eso, Colette la había cuidado, secando su sudor, manteniéndola hidratada y—
Espera, ¡Literalmente es mi salvadora! Mitsuha realizó e impulsivamente estrujó a la niña en un fuerte abrazo. Colette rió un poco y le correspondió el abrazo. Sintiéndose en peligro, Mitsuha la empujó lejos. Siempre había sido rápida al reaccionar, especialmente cuando se trataba de cuestiones de vida o muerte. Pero en cuanto se sentó ahí, sintiéndose de alguna manera victoriosa, la cara anonadada de Colette comenzó a arrugarse en lágrimas.
¡Oh no! Mitsuha trató desesperadamente de disculparse y contentarla nuevamente. Colette eventualmente la perdonó, aún si parecía resentida por lo que había hecho. ¡Muy bien Mitsuha! ¡Realmente metiste la pata! Pero en cuanto los padres de Colette regresaron, ella volvió a la normalidad. Fiuf.
Ahora que los padres estaban en casa, Mitsuha intentó comunicarse con ellos. Después de todo, no había mucho que pudiera aprender de una niña de ocho años. Si, se había equivocado acerca de la edad de Colette; había pensado que la chica tenía diez al principio, pero descubrió que tenía dos años menos. Fue una sorpresa para ella, y sintió que la chica era bastante madura para su edad. ¡Esa es mi salvadora!
Desafortunadamente, los intentos de Mitsuha de conseguir información adicional de los padres de Colette resultaron ser decepcionantes. Aparentemente habían estado afuera trabajando en su granja, no contándole a nadie sobre ella. No era como si los viera como villanos que la mantenían cautiva; ellos simplemente no habían considerado reportarla a las autoridades.
De cualquier forma, Mitsuha estaba más que agradecida por la comida y hospitalidad que le habían proveído. En peor compañía, ella pudo haber sido vendida a traficantes de personas y usada como esclava. Considerando todo esto, ella sintió que sus anfitriones eran buenas personas y que la habían tratado favorablemente. Lo que realmente la decepcionó, pensó, era que no había sabido nada más de ellos más que lo que había obtenido de su hija.
Pese a que había una barrera de lenguaje, Mitsuha había evolucionado su método de comunicación de gestos a dibujos. Aun así todo lo que aprendió fue que la inteligencia de la pareja parecía estar al mismo nivel que el de Colette. ¿Acaso era la niña una especie de prodigio o sus padres eran un poco, bueno, desafortunados en ese aspecto?
Mitsuha dibujó un mapa del mundo simple y trató de pedirles que señalaran su ubicación, pero parecía que ellos no podían ni leer el mapa. No soy tan mala dibujando, ¿Verdad? También había pretendido que ellos usaran el teléfono, pero ellos simplemente inclinaron sus cabezas en confusión. Mitsuha asumió que estaban atrapados en la era más primitiva, una privada de dispositivos con botones presionables, así que cambió sus gestos para simular un teléfono de disco, con sonidos chistosos y todo. Ciertamente estaba dando su mejor esfuerzo. Espera, ¡¿Qué pasa con los aplausos?! ¡No soy un mimo, maldita sea!
Y así fue como se dio por vencida. Mitsuha decidió quedarse con la familia de Colette, ayudando en la casa hasta que se hubiera recuperado por completo. Entonces empacar algunas raciones y buscaría la ciudad. Entonces les enviaré mis agradecimientos cuando vuelva a Japón. ¡No tengo más opciones!

 

[1] En un sentido informal, munchkin se refiere a una persona de baja estatura o un niño, especialmente uno atractivoun