Demon Maid 17

Demon Maid 17

Bueno después de una gran caída que casi nos cuesta la web(varias de hecho) aquí les dejo un capi de Letty y con este se termina el arco 02 así que veré si alcanzo a terminar el PDF…

 

17 – Demonio

 

Gidel nació como la primera hija del conde Balla.

Su casa no era una casa noble particularmente rica. Tenían tierra, pero su tierra no tenía mazmorras ni industrias de alto valor.

El conde Balla no estaba satisfecho de su suerte. Hizo negocios en múltiples líneas de negocios solo para que todos ellos terminaran en fracaso tras fracaso, y sus deudas con otras casas nobles crecieron cada vez más.

Fue en ese momento que el marqués De Michel de la generación anterior decidió otorgarle un préstamo. A cambio, el marqués quería que Gidel fuera la segunda esposa de su heredero, un joven que acababa de comprometerse.

 

El compromiso del primogénito De Michel fue con una joven que era cercana a la reina. Mientras que esa misma chica había sido adoptada por un vizconde, originalmente, nació como nada más que la simple hija de un caballero. Incluso si a su prometido no le importaba, aun así, eso era suficiente razón para que el mundo de los nobles los menospreciase. Así que el marqués De Michel pensó que, al llevar a Gidel la hija de un conde, a su familia, entonces podrían mantener su estatus. Al menos en la superficie, sin planear más.

El hecho del asunto era que tener a la hija mayor de un conde como segunda esposa generalmente no se hacía. Significando que, en lugar de ser una unión de iguales, era una declaración de que la casa del conde Balla estaría subordinada a la casa De Michel.

El orgullo de Gidel como noble recibió un duro golpe.

Aun así, Gidel creía que si podía dar a luz un hijo antes que la primer esposa, obtendría más influencia dentro de la casa De Michel. Pero el heredero De Michel había consumado su tan esperado matrimonio con su novia y los dos habían tenido una hija juntos antes de su segundo matrimonio con Gidel se llevar a cabo.

 

Con el segundo golpe a su orgullo, como mujer, esta vez, Gidel le ordeno al mago de la casa De Balla que le hiciera un afrodisíaco. Lo usó para obligar al heredero De Michel a acostarse con ella, a pesar de que aún no se habían unido en matrimonio.

Como resultado, su boda se retrasó y casi le quitan a su recién nacido Yohanne, pero la casa De Balla logró llevarse al niño que llevaba la sangre De Michel a su protección. No lo devolvieron hasta el siguiente año, después de que el marqués De Michel falleciera en un repentino accidente.

Varios años después, cuando el heredero De Michel ahora era el jefe de la casa, una tragedia lo golpeó una vez más cuando su esposa murió debido a una repentina enfermedad. Fue entonces cuando el actual marqués De Michel, ahora un hombre de poco espíritu, tomó oficialmente a Gidel como su segunda esposa.

 

Todo salió a la perfección. Tan conveniente como lo había sido para los Ballas, las sucesivas muertes habían dado lugar a rumores entre los nobles durante un tiempo, pero al final, para una noble casa de un reino que ha florecido durante mil años, no era nada que no hubieran visto antes.

Pero quedaba un solo problema: Sharon, la hija de la primer esposa. Era probable que la niña guardara rencor contra su madrastra y su hermano menor, considerando que la habían estado tratando con tanto desprecio.

En el mundo noble, el hijo generalmente heredaba la casa, pero según la ley, el primer hijo tenía los derechos de la herencia. En otra casa noble, una hermana mayor que no quisiera ceder la casa a su hermano menor podría ser tratada de manera segura casándola con alguna otra casa, pero Gidel ya no podía hacerle eso a Sharon ya que ahora era una candidata a prometida del segundo Príncipe.

Entonces, ¿qué debería hacer Gidel? La solución era simple.

 

“Aah… finalmente. Finalmente…”

Gidel suspiró mientras miraba hacia la habitación de uno de los jefes de la mazmorra. Todo lo que había hecho era para este día.

Para Gidel, la chica invocada de otro mundo, Akiru, no era más que un conveniente peón.

Podría ganar algo de fama si Yohanne pudiera tomar a Akiru como su esposa, pero también se ganaría la ira de otros nobles. Entonces decidió que la chica se convertiría en una de las víctimas de Sharon y que ambas morirían en un accidente. Yohanne se ganaría la simpatía de los demás nobles como un niño que perdió a su amada.

Gidel realmente pensó que tener a Akiru como hija también estaría bien, si ese Dario no hubiera fallado. Aun así, tratar con Sharon tenía prioridad.

Y si las sirvientas junto a Akiru —chicas plebeyas inocentes— murieran también, el odio público se concentraría aún más en Sharon. La casa De Michel ganaría aún más simpatía, y sus malos rumores también se disiparían.

 

Por lo tanto, fue muy afortunado para Gidel que el monstruo que aparecía en la habitación del jefe fuera un minotauro, no solo eso, sus negros cuernos lo marcaban como un minotauro de rango superior, uno exclusivo de esta mazmorra. Sus huesos se habían transformado en hierro mágico a través del consumo de minerales y estalagmitas.

A Gidel le pareció bastante lamentable el perder el conocimiento de la sirvienta que Sharon había traído consigo, la descarada chica que poseía extrañas habilidades. Pero por otro lado, ver sus lágrimas, sus gritos mientras ruega por su vida sería mucho, mucho más divertido, pensó Gidel.

Giro sus ojos hacia la sirvienta. La chica de cabello negro le devolvió una mirada sin siquiera pestañear.

 

Gidel vio esa silenciosa mirada, esa insensible sonrisa, esos oscuros ojos y una extraña inquietud comenzó a revolverse profundamente en su pecho, extendiéndose a través de ella a medida que crecía y crecía.

 

“¡GRAAAAGHH!”

 

Por desviar su hacha, el minotauro lanzó un furioso rugido. Cargó contra la sirvienta.

“¡Letty!”

“¡AAAH!”

Cuando los gritos de Sharon y Akiru resonaron en la sala, el minotauro una vez más balanceó su hacha de batalla hacia la sirvienta de cabello negro para partirla por la mitad. Pero antes de que el arma pudiera alcanzar su objetivo, la chica habló, su era voz tranquila y melodiosa.

 

“… Ven Oscuridad …”

 

Y todo se cubrió de negro en ese instante, la oscuridad surgió para cubrir incluso en donde Gidel estaba parada.

“¡¿Qué pasó?!”

Le tomó un momento el darse cuenta de que había sido ella misma quien había gritado. Ninguna otra voz se escuchó. Ni las voces de las sirvientas ni de los soldados bajo su mando, ni la de Sharon ni la de nadie más. Incluso su vista no llegaba más allá de dende estaba parada.

“¡¿Hay alguien ahí?! ¡Respóndanme!”

Gritó una vez más, confundida y aterrada, pero ni siquiera pudo sentir la presencia de sus sirvientes. Quienes se suponía debían estar justo detrás de ella.

“…pero qué-”

 

“Grlfp…”

 

“¿¡Eek?!”

Repentinamente, el minotauro apareció frente a Gidel. Ambos cuernos estaban rotos y todo su cuerpo cubierto de sangre, se derrumbó después de un último grito de agonía.

¿Qué paso? ¿Qué fue lo que pudo hacer algo tan horrible?

Gidel se tambaleó dando varios pasos hacia atrás, sacudida por una visión tan aterradora que ni siquiera se atrevía a pensar en ello. Su espalda golpeó algo.

Se giro con temor. Soltó un Grito.

Detrás de Gidel estaba su sirvienta, una sirvienta de la casa Balla una que había venido con ella. El rostro de la sirvienta estaba mortalmente pálido, tenía blancos los ojos y sus extremidades estaban colgando. Solo su cabeza se sacudió para girar hacia Gidel, y dentro de su boca…

… estaban arrastrándose, retorciéndose, eran las patas de una araña.

El rostro de Gidel perdió todo su color. Trató de correr, pero una mano atrapó sus piernas.

“…señora…”

“¡S-suéltame!”

La sirvienta había servido a Gidel durante mucho tiempo, pero ahora, sintiendo su fría piel de cadáver y sus helados dedos en su propio cuerpo, Gidel no vacilo ni un solo momento en patearla para alejarla.

Y esa Gidel gritó con voz ronca llena de miedo al presenciar a la sirvienta visiblemente marchita, derrumbándose en polvo.

“… ‘¡T-t-Teletransportación’!”

La joya en el anillo de Gidel perdió su color y se rompió, los fragmentos se evaporaron en el aire. La mujer desapareció.

 

* *

 

Lo que Gidel usó fue un Anillo de Teletransportación, un objeto mágico que rara vez se podía encontrar en los niveles inferiores de una mazmorra. Al pronunciar la palabra clave, el usuario será transportado al lugar que creyera fuera el lugar más seguro para él o ella.

Cada anillo cuesta 150 monedas de oro, y funciona solo una vez. Aun así, era un precio barato a pagar si pueden salvar su vida.

 

“Este lugar es…”

Gidel miró a su alrededor y se dio cuenta de que no estaba en la casa del marqués De Michel. Estaba en la casa de sus padres, en el territorio del conde De Balla.

“¡Acabo de llegar! ¡Alguien, responda!”

El sol ya se había puesto, pero aún no era tan tarde como para que todas las personas en la mansión se hayan dormido.

Gidel vio poca luz viniendo de varias ventanas, pero aun así no había señales de que alguien estuviera presente. Se estremeció, recordando el anterior miedo, corrió a través de la mansión en un desesperado intento de olvidar tal terror.

 

“¡Contéstenme, quien sea! ¡Padre!”

Ya había contactado previamente a su padre, el conde Balla. Debería haber estado aquí hoy. Se suponía que este era el día de la desaparición de Sharon, de la caída de la casa De Michel a manos de los Ballas.

¿Su padre y sus sirvientes habían estado impacientes por las buenas noticias? ¿Habían celebrado de antemano y se embriagaron hasta quedarse dormidos? Para que pudieran llevar a cabo la toma de posesión en cualquier momento, solo permitieron a los sirvientes que sabían de sus planes en la mansión, por lo que Gidel había esperado que hubiera menos personas de lo normal el día de hoy.

Pero ella no esperaba este silencio.

 

“… ¿Qué… qué es esto?”

Lo noto demasiado tarde debido a la oscuridad. Solo hasta ahora se dio cuenta de que por aquí y por allá, en las esquinas y en el techo del pasillo, había telarañas enredadas.

La sirvienta principal nunca hubiera permitido que esto sucediera.

¿Desde cuándo la mansión había estado tan deteriorada? ¿Qué había pasado…?

 

“Qué…”

Llegó al salón. Ya no le recordaba esa gloriosa sala utilizada para fiestas, ahora era una sala en ruinas envuelta en la oscuridad y con enormes telarañas. Miró los capullos que colgaban de las telarañas, y encontró un rostro que reconoció de inmediato.

“¿¡P-Padre?!”

Después de notar al jefe de las casa Balla, Gidel se dio cuenta de los rostros de sus sirvientes dentro de los demás capullos. Estaban colgados boca abajo, sus rostros estaban pálidos.

Quería gritar, pero su voz murió en su garganta, congelada por un frio que parecía llegar hasta sus huesos.

Gidel se quedó paralizada. Apareciendo silenciosamente desde la oscuridad frente a sus ojos, estaba la sirvienta de cabello negro. La chica flotaba en el aire.

 

“…T..ú…”

Noto que la chica no estaba flotando, más bien estaba parada en medio de la telaraña. De todos modos, esa razón no tranquilizo a la mujer.

¿Por qué estaba ella aquí? ¿Cómo llego aquí? Pregunta tras pregunta apareció en la mente de Gidel, preguntas que no podía decir ya que su voz no salía. Los labios de la sirvienta de cabello negro se abrieron hasta sus orejas formando una sonrisa como de muñeca.

“Te diré adiós.”

Dijo la sirvienta de cabello negro… y la pesadilla comenzó.

 

La hermosa piel de color blanco rosado de la chica se ennegreció y adquirió un tono bronceado. Su uniforme de sirvienta de alta calidad se deshilachó y se estropeo en un abrir y cerrar de ojos, como si las prendas hubieran estado a merced de la lluvia y el viento durante miles de años.

Miasma surgió de ella para cubrir todo el salón, pudriendo las paredes y el techo en segundos. De su espalda emergieron ocho miembros negros y delgados que se parecían a las patas de una araña, cada una de unos diez metros de largo.

Gidel gritó en silencio, sangre goteaba de su boca.

 

En su búsqueda de métodos para deshacerse de Sharon, Gidel había investigado maldiciones y venenos. Y en sus raíces, todas las maldiciones tenían una conexión con los demonios.

Pero los demonios no eran más que mitos. Cuentos de hadas para asustar a los niños. Este mundo no tenía demonios, la Iglesia también negó su existencia. Y, sin embargo, según el conocimiento de algunas de las personas que habían sido invocadas a través del ritual, muchos de ellos semihumanos, los demonios existían.

Demonios Gobernantes del miedo. Enemigos de los dioses. Existencias con un poder equivalente a los espíritus elementales.

Y entre ellos, existía una cierta clase de demonios de alto rango con un gran poder como para rivalizar con los Archi-Elementales, espíritus tan poderosos que podrían destrozar la tierra y secar los mares.

Las leyendas decían que cuando se manifiestan en el mundo mortal, toman forma humana y están vestidos con la ropa de un noble, pero con las telas viejas y desgastadas.

 

“… un Archi-Demonio …”

 

Gidel susurró y se derrumbó. Las patas de araña de la sirvienta de cabello negro la acercaron silenciosamente y sus labios se separaron lentamente.

La vista de las innumerables cosas que se deslizaban dentro de la boca de la sirvienta llevó a Gidel a gritar enloquecida. La oscura boca se acercó a la oreja de Gidel, y la sirvienta susurró.

 

“Me pregunto si puedes morir…”

 

***

 

Por aquí y allá, colgando de las verdes ramas, mis telarañas brillan con gotas del rocío. Que maravillosa mañana.

Saludos, Fleurety está aquí. Les deseo a todos un “Buen Tiro” en este buen día.

 

En el castillo, Yohanne baja la cabeza, gimiendo de desesperación.

Regreso antes que nosotras y en sus manos hay una carta que un mensajero exprés le entregó a primera hora de la mañana.

Wooow, me pregunto qué pudo haber estado escrito en ella.

En el suelo junto a él hay algunas pequeñas ágatas, por lo que parece que no ha podido encontrar nada bueno en la mazmorra.

Echo un vistazo a la carta. Dice que todos en la casa De Balla han desaparecido y solo Gidel fue encontrada en la escena, la mujer estaba parloteando algo. Y ha sido detenida por los guardias.

Que desafortunado. Deseare que se recupere algún día.

 

“Yohanne…”

“…hermana.”

Mi Lady Sharon lo llama. Yohanne se limpia la cara con las mangas. Levanta una de las ágatas en el suelo y mira a Mi lady.

“Esto es todo lo que pude encontrar… Madre y Padre se han ido ahora. He perdido. Ahora que ya no tengo ningún respaldo, el reino nunca me aceptara como el próximo marqués con solo estos pequeños pedazos de rocas…”

Hay bastantes inconvenientes involucrados en heredar una casa noble, ¿no es así?

“Yohanne… toma esto.”

“… ¿eh?”

Mi Lady le da dos grandes cuernos.

“Estos son…”

“Los cuernos de un minotauro de hierro mágico. Letty los consiguió. Pero si los necesitas para tener éxito en la casa, tómalos.”

Los ojos de Yohanne se abren ampliamente.

“… ¿¡P-por qué?! Mi madre siempre me dijo que no querías cederme la casa, que me considerabas una monstruosidad…”

“No, Yohanne. El jefe de la casa debería ser un hombre. Me has mostrado que tienes el coraje de ir a la mazmorra por Lady Akiru. ¡Tu vida acaba de comenzar, Yohanne, mantente erguido y enfréntala!”

“¡S-Sí!”

Con el discurso de mi lady, Yohanne instantáneamente se pone de pie, con su espalda erguida.

“Y además… nunca quise que nos peleáramos.”

“… H-hermana …”

La presa se rompe y Yohanne comienza a llorar. Mi Lady sostiene suavemente su cabeza contra su pecho… ¿por qué veo que sus orejas se ponen de color rojo brillante? ¿Quiere que se las arranque?

 

“…qué maravilloso.”

Akiru dice, conmovida por la conmovedora escena, con los ojos húmedos. Pongo suavemente mi mano sobre su hombro desde atrás de ella y le doy una radiante sonrisa.

“Bien, creo que es hora de que las dos hablemos en la oficina.”

“… ¿eh?”

Eso es eso y esto es esto. Ya he preparado la medicina. No tomará mucho tiempo.

 

… Debo decir, ¿por qué todos me siguen llamando “Demonio”? Que calumnias.

 

***

 

La capital tenía la iglesia a la Diosa del Tiempo.

Se decía que la Diosa tiene dominio sobre los lazos entre las personas y los fatídicos encuentros, que había traído prosperidad a este reino a través de los Oráculos que ha otorgado a las personas, como los que le dio a la primera reina y el primer rey y a la Santa.

En la iglesia, un joven reza en serio. Su solemne vista invito a muchas a darle una mirada apasionada y suspiros de enamoradas, todos provenientes de las monjas y jóvenes mujeres que habían venido a adorar a la diosa.

Cualquiera que lo viera por primera vez nunca pensaría que este bien parecido joven de cabello rubio era, de hecho, nada menos que el Caballero Sagrado, considerado como la persona más poderosa del reino.

 

Sus largas pestañas eran onduladas. Sus ojos se abrieron para revelar orbes verde-celeste, y miró la estatua de la Diosa.

 

“… ¿Hay una Irregularidad en el mundo…?”

 


N/A: Increíble. Nuestra Sirvienta no sabe lo que realmente es.


 

6 Comments

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

error: