Necromancer Girl 28

Necromancer Girl 28

Recompensa

 

Encontramos rápidamente a Junior cuando entramos a la cueva. Había muchos espíritus vengativos de humanos que fueron asesinados por el monstruo. Fue rápido ya que les preguntamos.

“¡Gracias, One-chan! Tuve mucho miedo, pensé que era mi fin…”

Junior nos dio las gracias mientras temblaba. Sin embargo, hice una revisión rápida, a diferencia del falso, este no tenía ninguna mala voluntad. Es un niño humano normal.

“¡Muy bien, Nene-sama! Ahora, llevémoslo de regreso con alcalde.” Dijo Flan mientras sonreía.

“¿Hn…? Ah, espera si tomamos a este niño como rehén, podríamos obtener más recompensas de lo habitual, ¿verdad…?”

“¡Su familia estaría triste!”

“Pero ya sabes, ya hemos llegado tan lejos…”

“Hey, regresar a casa ahora, o ser nuestro rehén, ¿cuál prefieres?” Le pregunté a Junior sobre qué hacer.

“¿Eh…? ¿Rehén…? ¿Eso es divertido…?”

Junior pregunto confundido. Parecía que no entiende lo qué es un rehén.

“Sí, ¡es divertido, al menos para mí!”

“¡Entonces, seré un rehén!”

“¡Buena respuesta! Voy a exprimir a tu papá.”

“¡Si! ¡Exprime a papá!”

“¡No puede! ¡Nene-sama, su broma ha ido demasiado lejos!”

Sin embargo, no es una broma. Bueno, así está bien.

 

Al final, regresamos a la ciudad, así como así mientras recolectamos los restos de los espíritus vengativos y limpiamos el efecto posterior de la batalla. Los ciudadanos también comenzaban a moverse después de un corto tiempo.

Y así, estamos en la mansión del alcalde.

Después de reunirse con Junior (el real), el alcalde se sorprendió cuando escuchó nuestra explicación.

“¿Te refieres a que ese amable Junior que me daba masajes en los hombros era falso…?”

“Sí, algo así.”

“¡¿Te refieres a que ese amable Junior que atrapaba a los ratones en el piso, los rompía y los compartía conmigo era falso?”

“¡Deberías darte cuenta con eso! ¡Eso es obviamente extraño!”

“El primer regalo de mi hijo, esa cruda carne de ese sacrificio, después no sabía qué hacer, si debía comerlo o rechazarlo y después… La comí.”

“¿¡Te la comiste!?”

El amor es ciego, ¿es algo así? Yo misma no entiendo realmente cómo es el amor.

Juntando mis dos manos detrás de mi espalda, salté ágilmente y miré al alcalde.

“Entonces, como fue así, nos darás muchas recompensas, ¿verdad?”

“¡Por supuesto! ¡Di tú precio! ¿Cuánto quieres?”

El alcalde dijo y se golpeó confiadamente el estómago.

“¡Qué generoso! ¡Entonces, entonces, esta mansión y todas las casas de la ciudad, todo el presupuesto de la ciudad! ¡Cien años de su valor!”

“E-eso es obviamente demasiado alto…”

“¿Aunque me dijiste que dijera mi precio?”

“Bueno… eso es… por favor, perdóname”. El alcalde tenía los ojos llorosos.

“Hn… entonces, ¡dame un barco!”

Le di una mano con una sonrisa.

 

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