Isekai Mahou Capitulo 19

Isekai Mahou Capitulo 19

Buenas minna, kiel rueda para traer la semana de capitulos, cuando lean esto probablemente la edición para hallowen haya terminado, así que espero y que disfruten las cosas, no quiero quejas que para eso se pintan solos hoy en día… bueno, nos vemos luego…

Como siempre leo sus mensajes y trato de arreglar todo a su tiempo, entonces, cuidense…
Matta nee |>w<)/)

Capítulo 19: Corazón a Corazón
Algunos diez minutos después que Suimei
y Lefille se reunieron, la caravana partió sin más.
El viaje partió con un buen comienzo. Si
el resto del viaje podría continuar sin alguna sorpresa inesperada, eso podría
ser fantástico.
Lo que dejaron ellos ahora era para
hacer su camino a Kurand mientras mantenían la vista en la caravana. Cuando
vino a como de lejos iba a ser el viaje, Suimei había ya investigado el asunto
de ante mano.
Viajando entre Mehter y Kurand era
aproximadamente de seis a siete días de viaje. Debido a la proximidad con la
ciudad capital Mehter al borde oeste, el tiempo tomado para viajar entre estas
ciudades podría ser aun visto como relativamente corto. Sin duda, para un niño
de la era moderna tal como Suimei, caminar por un día entero era en verdad
duro.
Durante esta vez, ellos siguieron el
camino de piedra a través del bosque y pradera, montaña y colinas antes de
eventualmente llegara  su destino.
Por el viaje, Suimei había sido
posicionado cerca del fin de la caravana.
Aquello era más trabajo de verdad –
veteranos del gremio y mercenarios – lideraban el camino mientras Suimei y los
otros eran responsables por mantener vigilado el embarque.
Debido a que vidas humanas eran vistas
como la prioridad, habían sido informados que si algo ocurría, tenían que
priorizar la seguridad de los conductores del vagón sobre en cargamento. En una
nota diferente, Suimei estaba actualmente caminando junto con Lefille, que
había similarmente tomado la responsabilidad de proteger la mercancía de la
caravana.
Quizas propio a los conocimientos
anteriores, con el primer comienzo del viaje, Lefille mayormente mantenía un
ojo en los vagones, los caballos, y los alrededores, solo ocasionalmente rompía
el silencio.
Lentamente pero segura, sin embargo,
debido a que sus edades eran cercanas también como el hecho que era colegas
enfrascados en la misma tarea, conversaciones entre ellos gradualmente fueron
siendo cálidas.
Acompañadas por los gentiles sonidos de
las pezuñas de los caballos contra el camino, el girar de las ruedas de los
vagones, y la gentil brisa fluyendo a través de la pradera, Suimei y Lefille,
charlaron uno con el otro.
“¿―Y la Diosa Arshuna?” (Suimei)
“Ah, ella es la creadora de los cielos y
la tierra, la única que mantiene la existencia de este mundo. Esto es lo que la
Iglesia de Salvación enseña. Ella es la Más Alta, de pie sobre todas las
cosas.” (Lefille)
“Ya veo…” (Suimei)
Suimei se pondero a escuchar las
palabras de Lefille.
Al caminar, Lefille explico la doctrina
de la Diosa Arshuna. La primera vez que se conocieron en el gremio, ya habían
tenido una corta discusión sobre la iglesia, y Suimei había notado que había
una seria brecha en conocimiento cuando venía a los creyentes de la gente en
este mundo. A tal punto de desconocerlos, Lefille se había vuelto preocupada de
esta situación.
Suimei había entonces decidido que esta
era la ocasión perfecta para que le enseñara algo de conocimiento básico.
En
esa nota, es más como que todos en este mundo es una existencia creyente de la
Diosa Más Alta, Arshuna.
En otras palabras, no parece que hubiera
otra deidad a parte de Arshuna.
Transformando el caos primordial del
origen en el mundo actual era el trabajo de un dios.
Prestando el poder de los elementos, e
infuyendo magia con dicho poder era equivalente a tomar prestado el poder de la
Diosa. Aunque el Mazoku adoraba a una existencia similar en el Dios Malvado, la
Iglesia de la Salvación rechazaba tal sacrilegio que era un dios.
“Además, aunque nuestras razas son tal
vez diferentes, todos conocen la existencia de la Diosa Arshuna, donde son los
espíritus, los dwarves, los hombres bestia, o los dragonewts (hombres dragón)”
(Lefille)
“Hmm” (Suimei)
Lefille había inconciemente levantado un
punto de interés para Suimei, a lo que reacciono.
“¿Esta algo mal?” (Lefille)
“No, es solo que por lo que dijiste,
tribus demi-humanas existen también.” (Suimei)
“Bueno, por supuesto… Espera, ¿acaso no
aparecen de dónde eres?” (Lefille)
“Solo en conversaciones.” (Suimei)
Aunque tal vez habia sido una manera
vaga de expresar las cosas, no era falso. Cuando vienen historias de fantasía,
sus existencias era nada sino inesperadas. Estas tribus parecen ser una parte
normal de vida en este mundo, y así Suimei respondió como era bien.
Aunque
dice eso, ciertamente no vi ninguna en Mehte
―r
“Buen bien, tendrás tu primera
oportunidad de verlos una vez llegemos a Nelferia. Ese lugar es una mezcolanza
de razas. Espiritus y dragonewts son un poco raros, pero hay un montón de
hombres bestia.
―Oh, eso me recuerda, parece que nos hemos salido del tema. ¿Acaso
tienes otra pregunta sobre la Diosa?” (Lefille)
“Nop. Esto es plenamente por hoy.
Gracias; he aprendido un montón.” (Suimei)
Respetuosamente, Suimei expresó su
gratitud a Lefille que prontamente le monstro sin la más mínima manifestación
de impaciencia.
Lefille sonrio brillantemente, denegando
que sus esfuerzos habían sido tanto para agradecer.
“No es nada. En ese caso, ¿eso significa
que la Diosa Arshuna no existe en el este?” (Lefille)
“Hahaha, bueno, podrías decir eso…”
Suimei respondió vagamente.
“Existencia” era una palabra para nada
concreta. Dejando de lado un observador, un concepto accesible como elementos,
tanto que la gente de este mundo era consciente, la Diosa Arshuna era solo un
concepto ambiguo, pero menos certero.
Dando esto, era quizás más apropiado ver
que esta existencia era un natural, y único fenómeno.
Desde la perspectiva de magos, “dios”
era largamente solo una existencia conceptual, una fuerza externa que
interfería con el mundo. En práctica, esta vista parecía ser más o menos el
punto.
Eso trajo el fin del tema.
Suimei volteo su mirada a Lefille,
caminando al lado de él. A diferencia de la primera vez que se conocieron, esta
vez estaba cargando equipaje.
La chica cargaba en su espalda un
paquete tan largo lo sufriente para ser adecuado a la armadura que vistió
antes, también era una pieza del equipaje.
“… Hay algo que pase, ¿Suimei-kun?”
(Lefille)
“Oh, era solo que estaba pensando que
esa bolsa estas cargando es bastante enorme.” (Suimei)
“¿Oh, esto?” respondió al mirar su
espalda.
En la espalda de esta chica, de un peso
aproximadamente a la par con Suimei, era una extremadamente larga pieza de
equipaje – tan larga más que ella – envuelta en tela.
Además, juzgando por la forma, era
quizás―
“Ha estado captando la mirada desde el
comienzo, para ser honesto. Es una espada, ¿verdad?” (Suimei)
“Sip.” (Lefille)
Lefille asintió a reconocer la
suposición de Suimei. Parecía que la cosa gigantesca era en si una espada.
Su tamaño era paralizante incluso a
primera vista, y considerando de cerca solo reforzaba ese sentimiento. Parecía
que era el tipo de arma que podría partir a un gigante en dos.
Eso sin duda, sin embargo, lo que era
más impresionante era la fuerza de Lefille, capaz de cargar tal objeto en su
espalda al caminar, todo mientras nunca mostro una señal de cansancio o sudor.
Aunque previamente la vio cargar una
espada delgada, la cognitiva disonancia creada por la señal de esta enorme arma
y el físico de una joven chica era simplemente demasiado exagerado. Entre
aquellas líneas, ¿cómo podrían aquellos delgados brazos soportar la inevitable
masa pesada de esa cosa? Con eso dicho, si estaba cargándola, ella
definitivamente era capaz de usarla. Quizás tenía un refuerzo mágico similar al
“Burn Boost” que Reiji había usado en el palacio.
“¿Por qué podrías elegir algo como eso
para tu arma de elección?” (Suimei)
Dejando de lado el asundo de si era o no
capaz de empuñar esta espada masiva, no parece ser como un arma apropiada para
una joven dama.
En respuesta a sus palabras, Lefille dio
al arma en su espalda una mirada amorosa.
“Esta es una herencia familiar. Su
previo dueño era mi padre, por lo que la he heredado.” (Lefille)
“¿Eso significa que usaste un diferente
tipo de arma al principio?” (Suimei)
“No.” (Lefille)
Si era una herencia de su padre,
entonces habría un periodo de tiempo antes de que estuviera en su posesión.
Lefille refuto esa idea, sin embargo, balanceo sus brazos como si la espada
estuviera en sus manos.
“He estado inmersa en el esgrima incluso
desde que era una niña, siempre soñando el día que fuera capaz de balancer una espada
como esta.” (Lefille)
“Supongo que significa que eres bastante
confiable sobre usarla” Suimei pregunto, ligeramente al natural.
La respuesta de Lefille fue candida.
“Hehe. Desafortunadamente, es por esa
razón que no soy adecuada en nada sino
la espada.” (Lefille)
“No del todo. Creo que eres bastante
asombrosa. Conozco una o dos cosas sobre esgrima, pero cuando viene a usar una
espada como esta, no tengo la menor confianza.” (Suimei)
Las palabras de auto desprecio de
Lefille se encontraron con un tono de respeto.
Espadas no eran algo que balanceas
simplemente con fuerza. Cuando viene el tajo, entonces ciertamente la fuerza
era un factor clave, pero habilidades de batalla era otra cosa adjunta.
Efectivamente empuñar una espada en batalla no solo requería una cierta
cantidad de fuerza, sino también el control del cuerpo a fluir a placer.
De todos modos, cuando Suimei hablo de
su inhabilidad para usar tal espada, la primera razón era que el peso y el
tamaño eran más allá de la habilidad de apoyo de su cuerpo.
Era más porque la maestría en espada de
Lefille como esta había elegido como su arma principal.
Eso era algo como la razón que ella
murmuro las palabras a continuación.
“―No es nada especial. Con un poco de
práctica, cualquiera es capaz de partir a un semi-gigante en dos con esto.”
(Lefille)
“…” (Suimei)
La
escuche mal justo ahora. ESCUCHE MAL.
Lefille habia
dicho justo algo insano con un tono casual. ¡En
serio, no hay una oportunidad en el infierno que pueda aprender cómo partir a
un semi-gigante – un ser capaz de destruir un muro de ciudad con su puño – En
dos con solo “un poco de práctica”!
Sus palabras de antes, de que había
derrotado al semi-gigante solo con ayuda de sus compañeros, ahora era
claramente que no era nada más que modestia vacia.
Eso significa que esta joven chica no
habia incluso ido con todo en su batalla de rango. Comparando su habilidad con
el maestro espadachín de su mundo contra ella era una entera diferencia en el
plano existencial.
Como Suimei sacudió su cabeza, Lefille
tomo la oportunidad para preguntar una pregunta que se formó.
“Suimei-kun, ¿puedo preguntar en lo que
eres mejor?” (Lefille)
“No escucho nada, ¡NO ESCUCHO NADA! ―¿Eh?”
(Suimei)
“¿Suimei-kun? ¿Estás bien?” (Lefille)
“¿Eh? Oh, ohhhh, bueno… bastante como
esto.” (Suimei)
Finalmente notando que el tema de la
conversación había cambiado, Suimei mostro su respuesta, más que hablar.
Para hacerlo más fácil de entender,
concentro su mana en la palma de su mano.
Eso hizo la respuesta aparecer, Lefille,
que habia preguntado sin en verdad pensar, mostro una expresión de
entendimiento.
“Magia, ¿cierto? Bueno, supongo ya que
eres un mago, que debería ser bastante obvio.” (Lefille)
“Aunque debería ser dicho que cuando
comencé, hubo un periodo cuando era bastante sin ninguna pista.” (Suimei)
“¿Sin pistas?” (Lefille)
La pregunta de Lefille causo en que
pensara por un poco antes de responder, con una sonrisa de alguna forma
perpleja en su rostro.
“Si. Lefille, cuando comienzas a
aprender cómo usar una espada, ¿Qué es lo que te enseñan?” (Suimei)
“―Hmmm, bueno, siempre fueron largas y
tediosas lecturas que siempre comenzaban desde el origen del todo, guiando a la
razón de porque era necesario que empuñara una espada, etc. Mis oídos
prácticamente sangraban de escuchar eso tantas veces.” Respondió, medio en
broma.
Eso incluso el origen de las espadas era
un punto de instrucción mostrado solo a la historia ligada detrás de todo.
Como Suimei imagino esa escena en su
mente, recordó lo que era cuando había comenzado a aprender magia.
Era una cosa ya desde hace años en el
pasado. Cuando era joven, su padre lo había traído a un cuarto en su casa donde
la entrada estaba prohibida, y ahí―
[Kiel: Lo violo…]
“¿El incluso no me dio una razón?”
(Lefille)
“Bueno, eso mucho hizo. No era una razón
que un joven niño pudiera entender, sin embargo. Además, nunca habia tenido la
intensión de preguntar, y así nunca hablamos sobre eso. Desafortunadamente, por
esa misma razón, fue hasta muy tarde que escuche la respuesta de mi padre.” (Suimei)
Su tono era nostálgico al hablar, con la
escena de su memoria mostrándose en si ante sus ojos.
De hecho, por el momento que escucho la
razón, ya había pasado mucho desde que comenzó su camino de mago. Era
enteramente que ese “incidente” no ocurriera, su padre podría haber tomado esa
respuesta con él antes de lo grave.
Pensando sobre aquellas líneas, ocurrió
que quizás la razón de su padre al haber mostrado magia era visto sino otra
cosa que no podría ser para un hijo como su padre.
“¿Es eso en verdad bien?” Lefille
pregunto.
“Si. Disfruto aprender magia. No es algo
del que tenga resentimiento del todo. Aunque tengo que decir que es injusto
compartir los obstáculos también.” (Suimei)
“¿Es eso así?” Lefille dijo con una
risa, pensando para si misma que lo que dijo había sido de interés.
“… ¿Mm? ¿Acaso dije algo extraño?”
(Suimei)
“No del todo. Es solo que estoy
sorprendida de encontrar a alguien como yo.” (Lefille)
De hecho, era así.
“Eso de que ambos somos gente extraña es
algo que puedo definitivamente aceptar.” (Suimei)
“Definitivamente.” (Lefille)
Lefille asintió. Por cómo eran sus
palabras habiendo dado en el clavo. Ella tal vez también se encontró con más o
menos obstáculos al avanzar en el camino de la esgrima.
Con el vagando, su pensamiento parece
haber llegado a la mente de Lefille.
“―Eso me recuerda, Suimei-kun. Al final,
¿Qué rango recibiste?” (Lefille)
“Ahh― obtuve un rango-D.”
(Suimei)
Su respuesta la dejo paralizada.
“… ¿Por qué? Yo, que los derroto en
sucesión, recibí un rango-B. Como es posible que tú, quien los derroto a ellos
simultáneamente, ¿eres un rango-D?” (Lefille)
“Si, sobre eso.” (Suimei)
¿Qué hizo de sus palabras hacerla
pensar? Repentinamente, como si viniera a una conclusión, su mirada se agudizo.
El tono de risa que uso hasta este punto repentinamente se tornó rígido.
“Así que es como eso. Así que una
organización de renombre como el gremio podría jalar algo como esto. Hmph.
Nunca hubiera imaginado eso de manipular los rangos del gremio solo para salvar
la cara de algunos…” (Lefille)
“Qu…?” (Suimei)
Su repentino y completo malentendido
dejo a Suimei estupefacto. Nunca podría suponer que llegaría ella a tal
conclusión.
“Bueno, ¿eso no es lo que paso? ¿Esa
parece ser como la única conclusión lógica?” (Lefille)
“No, no. No puedo negar ese
razonamiento, pero…” (Suimei)
“No, no puedo aceptar tal cosa. Una vez
llegamos a Kurand, vamos a ir directo a la oficina de la rama y pondré una
queja. No te preocupes, iré contigo. Si intentan salir con algo de nuevo,
actuare como la juez y que presentes el examen una vez más.”
Con eso, Lefille murmuro, “Cierto, vamos
a ir con eso.” Y otras cosas tales para sí misma.
Esto
totalmente no es su problema, ¿porque se preocupa tanto?
Parece que Lefille era el tipo de persona que no puede dejar tales
actos de injusticia estar así.
Al final, lo que vino abajo era el hecho
que ella en serio trato de ayudar a Suimei “Trayendo la verdad a la luz”, algo
como eso podría ser adecuado a ella.
En su lugar―
“… Para ser honesto contigo, mi rango-D
es algo que personalmente solicite a aquellos tres. Es por eso que mi rango es
bajo.” (Suimei)
Lo que dijo era algo sin sentido que
Lefille, sin esperar, lo miro con confusión.
“¿Preguntare por eso? ¿Por qué hacer
algo como eso?” (Lefille)
“Cuando Dorothea dijo que ganaría una
reputación, en verdad di una pausa.” (Suimei)
Aunque su explicación era bastante
ambigua, era incapaz de venir con nada mejor.
Sin embargo, con la conversación con
Galeo antes, había sido dicho que sus palabras no eran una mentira tampoco.
Ciertamente, un alto rango no era necesario una cosa buena.
No
puedo decir que veo a Lefille siendo convencida con eso, sin embargo…
suspiro amargamente.
Inesperadamente, a pesar, Lefille
parecía tomar sus palabras como un valor factible.
“¿Esta eso en verdad bien contigo? Un
alto rango podría probar valor extremadamente incluso en Kurand y Nelferia,
¿sabes? No hay en verdad nada que ganar con tener tal bajo rango.” (Lefille)
Esto era ciertamente verdad, probando
que planeo vivir fuera del trabajo provisto del Pabellón Crepúsculo. Eso no era
sino, a pesar, el caso.
“No es verdad que me ahogare trabajando
en el gremio, aunque no puedo decir que quiera ser pobre tampoco. Está bien.”
(Suimei)
“… ¿Solo que exactamente planeas hacer
al ir a Kurand y el Imperio?” (Lefille)
“Bueno, reunir algo de información,
supongo.” (Suimei)
“¿Información?” (Lefille)
“Viniendo desde el este, hay aún un
montón de cosas sobre las que no se aquí. Necesito aprender.” (Suimei)
“…” (Lefille)
Su razonamiento sin daño se encontró con
una mirada silenciosa.
Ella le miraba de cercas, su ligera
mirada parecía leer sus pensamientos, interpretando la verdad detrás de sus
palabras y su expresión.
Cuando vino a Lefille, Suimei estaba
determinado a jugar al tonto al final.
“¿Acaso dije algo extraño?”
“No, estaba solo intentado decidir si
estabas mintiendo justo ahora. ―De hecho, ‘mentir’ es una palabra mala. No estas mintiendo, pero no
estás diciendo la verdad entera tampoco.” (Lefille)
¿Cómo? Suimei no pensó que hubiera alguna brecha lógica en lo que había
dicho justo ahora.
“… ¿Y porque podrías pensar eso?”
pregunto con algo de sorpresa, con una sonrisa agria en su rostro.
“Intuición de Mujer.” (Lefille)
“De nuevo con la cosa irreal.” (Suimei)
“Hehe, solo estaba bromeando, de hecho.
Eso digo, he conocido un montón de gente, así que puedo ver a través de una
cosa o dos.” Ofreció su explicación, simultáneamente elogiándose a sí misma. “―No me has
mentido, pero ciertamente escondes una tonelada de secretos. Estoy 100% segura
que ese es el caso.”
“… Quizás.” (Suimei)
En respuesta al discernido comentario de
Lefille, Suimei dio una vaga respuesta y estrujo sus hombros. No había alguna
real necesidad de en verdad rechazar sus palabras. Esto debería estar bien.
“… Bien entonces. No parece que esto sea
algo en lo que pueda meter mis narices. No dire nada más sobre tu rango.” Dijo
finalmente.
“No te preocupes sobre eso. Y gracias.”
(Suimei)
Aunque en la superficie de las cosas,
Suimei estaba disculpándose, pero en verdad no pedía perdón por encargarse del
asunto. Era, después de todo, un mago, y los magos eran los tipos de gente que
frecuentemente hacen a aquellos que son honestos sentirse culpables. Por esa
razón, no tenía un necesidad real para disculparse con Lefille, que era esa
clase de persona.
Repentinamente, un sonido capto su
atención.
“Oh, es tiempo para un descanso.”
(Suimei)
“Por esa hoyo de agua de allá, huh.”
Lefille dijo después de una rápida mirada.
Por el lado del camino, era una pequeña
área que había sido renovada, aunque era tal vez un poco sobrestimada para un
área que simplemente tenia piedras planas que fueron usadas como asientos.
Parece haber sido designada como una zona de descanso durante el camino.
Aunque su conversación con Lefille había
finalmente llegado al clímax, si continuaba más profundo, podría solo traer más
problemas, Suimei pensaba para sí mismo y Lefille seguía a los otros al sitio
de descanso.
Cuando repentinamente―
“…?” (Suimei)
¿Había justo escuchado un grito?
Mientras el sonido que no venía de tan
lejos, ni tampoco tan cercas. Mirando en la dirección del sonido, vio a una
joven chica en túnica sacudiendo su mano por encima de la multitud.
A su lado estaban reunidos unos pocos
que parecían ser sus compañeros. La joven chica era un mago, mientras los otros
eran guerreros, espadachines, y arqueros.
Juzgando por sus roles ya asignados,
podrían pasar a ser un equipo balanceado en un juego, atrayendo extremo interés
en Suimei. Con eso dicho, ciertamente no era conocido de ellos.
“Aquellos son los compañeros que
derrotaron al semi-gigante conmigo.” (Lefille)
“Ohh, así que son ellos.” (Suimei)
El remarque de Lefille disipo su
confusión. Así que aquellos son los
miembros del gremio antes mencionados, huh.
“Estamos en muy buenos términos mientras
estamos juntos. Hemos tenido algunas interacciones antes.” (Lefille)
Como Lefille explico, la joven chica
ocupo sus manos en su boca como un megáfono. Juzgando por sus acciones, parece
que había decidido que no era escuchada.
“Creo que te hablan a ti.” (Suimei)
“Parece ser así. Voy a ir en frente con
ellos por un poco.” Respondió antes de dirigirse en su dirección.
Ante sus ojos, una alegre reunión tomo
lugar.
“Compañeros, huh…” murmuro.
Si había que ser honesto consigo mismo,
la señal hecha era algo de envidia. Eso sin lugar a dudas, era un camino que
había elegido por sí mismo. No tenía el derecho a envidiar en si en tal
sentimiento.
Exhalo profundamente, como si purgara el
sentimiento innecesario de su cuerpo, cuando una repentina sensación causo que
picara su cuello.
“…” (Suimei)
… No estaba seguro porque, pero ya que
no habia dejado Mehter, su espalda podría sentir extrañamente caliente a veces.
No era del todo un buen sentimiento – ¿una enfermedad de resfriado quizás? Alguna
otra persona podría tener desconento el sentimiento, decidiendo que solo estaba
pensando las cosas de más. Cuando Suimei, a pesar, había tenido esta
experiencia en el pasado, había siempre sido probado por un presentimiento.
Tenía el sentimiento de su padre que una vez explico la razón de este fenómeno,
pero intento que tal vez, solo era una recaida.
… En un destello, se enfocó en sus
alrededores, aunque era incapaz de encontrar alguna pista de algo en caso
Supongo
que estoy preocupado por nada,
decidió, descartando
esa línea de pensamientos al mirar hacia el cielo.
El viento estaba soplando al oeste. La
gentil y refrescante brisa fluyo al pasar su cuerpo, trayendo consigo el aire
de este otro mundo – libre e intocable por la polución – dejando su corazón en
libertad.
El clima parecía ser dado por
bendiciones, deseando un viaje calmado y sin eventos, una atmosfera sin la más
mínima pista de peligro.

Y aun, por alguna desconocida razón, su
mirada a los cielos termino en el camino enfrente, no podía evitar sino sacudir
el sentimiento que el viento y las nubes estaban ligeramente y de seguro bajo
una transformación.

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