Bunny Girl Ch65

Bunny Girl Ch65

Antes de comenzar, tengo buenas y malas noticias…

Las buenas es que esta semana (hasta el proximo martes), voy a estar trabajando de mañana (estare en casa luego de las 4 de la tarde), así que podre traducir más tranquilamente antes de irme a dormir… las malas, no se que paso, pero la pagina que traduce Maple (Kaede-chan) me aparece como caida o removida… no se si están actualizándola, cambio de dominio, o de plano cerro… pero estaré al pendiente en novelasupdate para más info…

Eso es todo por mi parte, ahora si, el capitulo de Shedy en la Tierra… (no esperen mucho…)

Ch 65 – La Oscuridad Blanca Acechando la Ciudad

En un distrito deteriorado de una cierta ciudad en una cierta nación de la Tierra, estaba un viejo edificio alto construido desde el comienzo del siglo 21. Es una casa sótano que es una tienda vendiendo equipo para defensa personal. Jim, el dueño, miro a la puerta chillando y el nuevo cliente entro. Él ligeramente elevo una ceja.

El cliente se mantuvo en silencio. Así hizo él.

Entre el débil sonido de música de jazz, este miro alrededor de la tienda en aparente curiosidad.

Un extraño cliente, lo era sin duda. La parca era más grande que su propio cuerpo, con el gorro jalado abajo para ocultar su rostro. Tenía un par de similares pantalones holgados del ejército y botas que hacían parecer que eran ropas de un hombre adulto.

No tenia el cuerpo de un adulto. Lucia más como un chico… O quizás de hecho era solo un chiquillo. En esta nación, la gente entrando en tiendas como la de Jim con ese tipo de aspecto eran, nueve de cada diez veces, maleantes.

Jim no pudo relajarse, incluso si fuera un chiquillo. En esta nación, donde las armas eran relativamente fáciles de adquirir comparados a otros países del primer mundo, los niños podían matar adultos solo por jalar un dedo. Ni uno podía culpar a Jim por tratar de agarrar su pistola solo porque su cliente se veía sospechoso.

“…”

Aun, así como llego a tocar el arma debajo del mostrador, él no la tomo con su mano. Él no podía.

Él fue asaltado con un sentimiento de una molestia y disonancia severa. El cliente lucia delgado, su altura era solamente de apenas cinco pies. No parecía más que solo un chiquillo. Pero el extraño malestar estaba diciéndole a Jim que al momento de sostener el arma podría ser el mismo momento que dejaría salir su último aliento.

 

“Así que escuche que este lugar es para transacciones, ¿cierto?”

“… ¿de dónde escuchaste eso?”

Solamente cuando el cliente le hablo por primera vez, él noto que ella no era un chico, ni un chiquillo. Y ella incluso así no era una mujer adulta – juzgando por lo delgada que se veía, ella solo era una chica adolescente.

“En el internet.”

La chica sacudió su teléfono en frente de él en respuesta.

Jim no había escrito nada sobre las transacciones de su tienda en su página. Ya que ella no dijo ‘sitio web’ sino solamente ‘internet’, entonces tal vez encontró el tweet de alguien e identifico la tienda y su localización.

Concluyendo que ella no era un cliente normal, Jim lentamente se apoyo en el mostrador y comenzó a hacer su negocio.

“¿Qué tienes para ofrecer?”

“Esto.”

La chica coloco la mercancía en el mostrador. Viendo eso, Jim pregunto.

“¿Puedo echarle un ojo?”

“Adelante,” ella asintió.

“… el nuevo modelo usado por los militares, ya veo. Ya he tratado con eso. Ni un defecto exterior. ¿Escuche que solo recientemente comenzaron a circular? Debería ser demasiado pronto para comenzar a mostrarse en los mercados negros… ¿de donde es que los conseguiste?”

Fue el modelo más reciente de pistola de mano, hecho por un conglomerado en la industria de armas y municiones. La chica estaba ofreciendo dos de ellas. Estos no podían ser adquiridos de ninguna forma por los canales oficiales. Jim intento un poco de intimidación, pero no hubo un solo temblor en el rostro de la chica detrás del gorro.

En esta nación, la tienda de Jim era solamente una entre las numerosas tiendas secretamente haciendo transacciones detrás de su fachada. Había un ciclo de un año de varios otras tiendas siendo expuestas y entonces reviviendo en algún otro lugar en el bajo mundo. Fue esa la razón del porque la policía había dejado de molestarse con ellos, y generalmente los dejaban solo a menos que algo significante pasara.

Jim era un expolicía. Una vez antes, su compañero de trabajo podría apropiarse de algunas armas que confiscaban para vendérselas a él, ese es el porqué la tienda de Jim había sido capaz de sobrevivir aquí por más de un década.

La chica no mostró signos de ser afectada por la intimidación de Jim. Él sentía un extraño escalofrió viendo los hilos de cabello blanco levemente mostrándose debajo de su gorro. Estos le recordaban los hilos de plata.

“¿No estas comprándolos entonces?”

“… ¿acaso tienes la autentificación?”

“Aquí. No mía, sin embargo.”

“Obviamente.”

La chica saco otro teléfono además del anterior y lo coloco en el mostrador.

Las armas en la edad moderna requieren autentificación para usarse, por motivo de negar a los enemigos a usar sus propias armas.

El ejército, la policía o similares organizaciones generalmente usan certificados encriptados o tales objetos de autentificación, pero mantienen en mente futuros cambios o añadir a la información, los teléfonos móviles eran en su lugar el tipo de identificación regular para individuos de compañías de seguridad.

Los teléfonos tal vez habían sido tomados de sus dueños. Un individuo o una organización.

Las armas pueden ser desbloqueadas con estos dispositivos, pero era también una oportunidad de información sobre la localización del futuro uso del arma que podría divulgar a la organización a la que pertenecía. Jim podría necesitar transferir la autentificación del usuario primero.

“… muy bien. Seiscientos dólares cada una.”

“¿No es eso demasiado barato? Conseguí tus autentificaciones también.”

“Ese es el tipo de negocios que tenemos aquí. Si tienes quejas, ve a venderlas a esas tiendas en el frente. Setecientos cada una.”

“Bien. ¿Acaso tienes un teléfono prepagado? Solo ponlos en la cuenta. También, ¿alguna arma cuerpo a cuerpo? Un cuchillo podría estar bien.”

“… solo espera aquí.”

Él saco uno de los teléfonos prepagados alineados en la tienda y conecto al dispositivo de la tienda, entonces fue a la parte trasera y tomo una ligeramente polvorienta caja de madera.

Hoy, casi nadie usaba monedas o papel moneda ya. En las ciudades de países del primer mundo, necesitabas un teléfono móvil o tu tarjeta ID para hacer pagos. No era inconveniente para gente normal con una ciudadanía y una cuenta bancaria, pero no para criminales e inmigrantes ilegales, esa era la razón de porque aún había demanda por teléfonos prepagados.

Bastones y pistolas de aturdimiento estaban entre las mercancías mostradas en la tienda de Jim, pero no armas punzocortantes tales como los cuchillos. La chica ligeramente se estremeció ante la caja cubierta de polvo. Ella saco fuera el cuchillo de combate, de alguna forma del lado largo, entonces ágilmente dio unos pocos cortes al aire de prueba.

Las navajas eran mercancías del mercado negro apropiado de suministros militares. Se suponía que fuera usado por soldados de casi 2 metros de altura. En las manos de la chica, parecía más como un machete. Su agarre casi parecía que no era el adecuado, aun así, la chica estaba maniobrando este con sorpresiva eficiencia. Jim no puedo evitar sino verla en admiración.

“Eres buena.”

“No tenia elección. Este es bueno. Este y este también, por favor.”

La chica puso en el mostrador el largo cuchillo de combate, una navaja de supervivencia, y diez navajas extensibles baratas.

“¿No quieres armas? Tengo algunos de los viejos modelos que no requieren autentificación.”

Los tiempos cambian, pero las armas se guardan igualmente. Incluso ahora, hay pistolas usando pólvora y disparando balas de .380 o 9mm.

“Desafortunadamente, yo no tuve la oportunidad de usarlos antes,” la chica dijo suavemente.

Jim tuvo un ligero escalofrió. Él no veía a la chica como una chiquilla más. Él estaba tratándola como uno de esa gente.

“Doscientos dólares por todo.”

“Aun así costoso… a ese precio, arroja un regalo para mí.”

“… espera aquí.” Jim ya había aceptado, aparentemente había pensado eso por si mismo. Él fue de regreso a la parte de atrás y saco algo que parecía similar a una espada recta.

“Este bebe había sido usado por la mafia de Asia… aparentemente. Puedes manejarlo, ¿cierto?”

La chica se quedo en silencio, sacando la espada de su funda cilíndrica bañada de negro. Ella miro la hoja de un solo filo. Parecía ser atraída a la antigüedad.

“… una buena espada. Ya ha tomado la vida de más de cien.” La chica dijo suavemente. Jim guardo silencio, sintiendo la honestidad detrás de sus palabras.

Ella la regreso a su funda y la tomo. Parecía que había aceptado el regalo. Jim tomo el dinero, depositando el cambio en su teléfono prepagado y entrego todo.

La chica tomo el paquete y este… desapareció. ¿Dónde ella lo oculto? ¿Dentro de aquellas ropas holgadas? Él suponía que no era exactamente imposible considerando los destellos que vio de su profundidad.

Ella le miro a los ojos y asintió ligeramente, entonces dio la vuelta. Como Jim observo viéndola prepararse para irse, todo se quedo en silencio mientras tanto, la puerta de entrada repentinamente se abrió de golpe.

“¡Hah, hahhaha! ¡DEME ESAS ARMAAAAS!”

“¡Tsk!” Jim acerco su mano a la pistola detrás del mostrador. Con ojos desenfocados y nublados. El intruso probablemente era un drogadicto.

Este tipo de gente era honestamente la peor que los típicos patanes. Ellos no les tenían miedo a las pistolas, ni tenían un pensamiento lógico para retirarse. No solo eso, incluso a veces no notan cuando les disparan, incluso continúan desatados por un rato. El drogadicto solamente tiene un cuchillo de cocina en mano, pero era más que suficiente para ser letal con la metalurgia moderna.

Jim apunto su pistola con ambas manos. Y entonces, vio a la chica caminar calmadamente hacia adelante.

“No, detente-¡CORRE!”

Ella se desvaneció. La espada recta de un solo filo estaba fuera de su funda. El drogadicto repentinamente parecía adolorido, colapsando en un pestañeo, y gradualmente dejándose de mover. La chica casualmente camino pasando del cuerpo sin una segunda mirada y dejo la tienda.

La cabeza en el suelo ciertamente estaba muerta, aun así, Jim no podía encontrar una herida externa que podría relacionar con el corte esperado. En el día siguiente, de acuerdo con un profesional de remover cadáveres del bajo mundo, los pulmones del drogadicto habían sido cortados un poco por un objeto filoso, y la causa de muerte había sido ahogarse con su propia sangre. En una corazonada, Jim reviso la cámara de seguridad.

Ni una chica había entrado a su tienda ese día.

***

“Actualmente me las ingenie para ir de compras…” Deje la tienda con un suspiro de alivio.

Incluso desde que deje mi hogar, había estado siempre entre el hospital o la instalación. No tenia dinero en el bolsillo para comprar algo. Solamente sabia que podías intercambiar dinero por bienes desde el dispositivo VR de la librería.

En Yggdrasia solo necesito entregar monedas. Nunca había hecho transacciones digitales antes, así que estaba un poco nerviosa, [Ciber-Manipulación] probablemente podría ser capaz de ayudar con mi problema de dinero si supiera la manera de usarlo de esa manera, pero ya que no, no tengo la intención de ser imprudente.

Continúe alterando las cámaras de seguridad de la ciudad como fui de camino hacia mi siguiente destino, una tienda de ropa de segunda mano. Me cambie en algo que podría adecuarse mejor y me metí a la ciudad.

Blobsy y Panda no están aquí, así que mis orejas de conejo se muestran de nuevo.

Así me las ingenie para manifestarme en la Tierra, pero no importa nada eso en esa instalación sellada.

Hay otras instalaciones de la corporación en esta nación, pero atacarlas todas indiscriminadamente podría ser ineficiente. Yo solo colocaría a esta en alerta roja innecesariamente. No sería divertido si ellos comienzan a traer algunas armas raras más.

La información que conseguí con [Ciber-Manipulación] había mencionado tres nombres: El 7mo centro de investigación, el 4to centro de investigación, y el 12vo centro de investigación. Uno de ellos debería ser el que estoy buscando.

Jale la capucha de la sudadera para bajarla lo suficiente para cubrir mis ojos. Me deslizo a través de la puerta de la puerta del metro con mi smartphone y subo al metro melancólico, vacío, pero con solamente algunas otras personas.

 

3 Comments

  1. martinhomuhomu

    La conejita viene ya, con un cuchillo ella va, muy cerca la tendrán, esta noche habrá Matanza (no puedo espera a que la organización reciba se merecido)

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